Actividad física, la salud de los huesos y el cáncer de mama
El cáncer de mama es una importante condición de enfermedad entre las mujeres y representa un serio problema de salud pública a nivel mundial.
En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registró en el 2021 un total de 90,525 fallecimientos por tumores malignos (8.1% del total de defunciones). De estos, 7,973 fueron por cáncer de mama y el 99.4% de los casos correspondieron a mujeres. La tasa más alta de mortalidad por cada cien mil mujeres de 20 años y más, se presentó en el grupo de 60 años en adelante (48.24%), mientras que el de 20 a 29 años tuvo la más baja (0.74%). Sonora ocupa el tercer lugar en mortalidad con una tasa de 23.59%.1 Estos datos sugieren la importancia de implementar acciones preventivas para mejorar el pronóstico.
Una alimentación adecuada y la práctica regular de actividad física son factores fundamentales para prevenir el cáncer de mama o reducir su reincidencia. Estos hábitos, combinados con el tratamiento y el seguimiento médico, contribuyen a mejorar la calidad de vida. En esta ocasión, nos centraremos en la importancia de la actividad física.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018 muestra que el 17.2% de la población total de mujeres de 20 a 69 años en México realiza por semana menos de una hora de actividad física y el 32.5%menos de 21 minutos.2 Esto sugiere un serio problema de sedentarismo en casi la mitad de la población aparentemente sana, lo cual tiene un impacto negativo en la salud ósea y se hace más evidente ante la pérdida acelerada de la masa ósea a partir de la menopausia. Así, la actividad física es un factor que podemos modificar y que tiene un papel fundamental en la prevención y el tratamiento de problemas óseos como la osteopenia y la osteoporosis.
La osteopenia es una condición en la que los huesos están debilitados y son propensos a fracturarse, pero no llegan a ser tan frágiles como en la osteoporosis. Podría considerarse como una etapa intermedia entre un hueso sano normal y uno con osteoporosis.
La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se vuelven porosos y pueden fracturarse incluso con actividades cotidianas. Esta situación puede mejorar con un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado. Además, mantener una alimentación equilibrada y realizar actividad física apropiada para la edad y gusto de la persona también puede ayudar a disminuir riesgos.
En México, el 16% de las mujeres mayores de cincuenta años padecen osteoporosis, el 57% osteopenia y el 27% tiene una densidad ósea normal. Algunos factores de riesgo para desarrollar osteoporosis son tener bajo peso corporal, una dieta baja en calcio y ser mujer.3
La relación entre el cáncer de mama y la osteoporosis es compleja y en ella intervienen diversos factores. Algunos tratamientos pueden debilitar los huesos como efecto secundario o provocar la menopausia temprana disminuyendo los niveles de estrógeno, lo cual contribuye a la pérdida de masa ósea. Además, la falta de actividad física antes y después del tratamiento puede debilitar los huesos. Por lo tanto, es necesario fomentar la práctica regular de ejercicio adaptado a cada situación, como medida para mantener la salud de los huesos y prevenir la osteoporosis.
Para la población en general, la actividad física mejora la salud y función ósea y reduce el riesgo de caídas y fracturas. Es recomendable realizar un mínimo de dos horas y media de ejercicio a la semana, es decir 30 minutos por 5 días, como medida de prevención de la osteoporosis. Incluso sería ideal lograr aumentarlo a 5 horas por semana. Además, se aconseja combinar ejercicios aeróbicos y anaeróbicos. Los primeros requieren una cantidad continua de oxígeno y son más rápidos como correr o andar en bicicleta; en cambio, los anaeróbicos, como las sentadillas, se basan en la fuerza.
En el caso de las mujeres que han sobrevivido al cáncer de mama, la actividad física mejora la calidad de vida y aumenta la supervivencia.En el cuadro 1 se presentan algunas recomendaciones generales de ejercicio aeróbico y anaeróbico basadas en un estudio de revisión chileno en pacientes con cáncer de mama.4 Sin embargo, es importante que cada persona reciba una rutina de ejercicio individualizada, tomando en cuenta su condición y su capacidad física. Esto implica considerar el tipo de ejercicio, la intensidad, la duración, la frecuencia y cómo ir incrementándolo poco a poco. La actividad física, indicada de manera dirigida y supervisada, generará efectos positivos, emocionales y físicos en pacientes con cáncer de mama. La constancia y perseverancia son muy importantes, así como respetar las preferencias de con quién hacer actividad física; hay personas que prefieren trabajar sus rutinas solas y otras acompañadas, otras las prefieren al aire libre con respecto a lugares cerrados, pero el sólo hecho de hacerlo es lo importante.
Cuadro 1. Tipos de ejercicio recomendados para mujeres con diagnóstico de cáncer de mama y sobrevivientes
Ejercicio aeróbico | Ejercicio anaeróbico | |
FRECUENCIA | Treinta minutos diarios de actividad leve a moderada por semana | Dos series de ejercicios base de 8 a 12 repeticiones para cada ejercicio. Un minuto de descanso entre series. Dos veces por semana |
EJEMPLO DE ACTIVIDADES | Caminar Trotar Nadar Bailar (zumba) Utilizar bicicleta estacionaria Ejercicio de bajo impacto: yoga con movimientos suaves, subir y bajar escaleras | Sentarse y levantarse de la silla. Levantar peso: se pueden utilizar botellas de plástico chicas de distinto tamaño llenas con agua o arena. Empezar de menos a más |
RECOMENDACIÓN | Mujeres con poca condición física deben entrenar alternando actividades leves y moderadas, 3 veces al día por 10 minutos | Iniciar con poco peso. Calentar antes de ejercitarse y estirar después para prevenir lesiones. Estar atenta a síntomas molestos |
BENEFICIOS | Mejora la calidad de sueño, favorece la digestión, reduce el cansancio mental, disminuye la ansiedad y mejora el estado de ánimo, así como la calidad de vida | |
CONTRAINDICACIÓN | Suspender temporalmente el ejercicio en caso de cualquier molestia o dolor y volver a realizarlo cuando se haya solucionado el problema. Reiniciar siempre es muy importante. |
Referencias
1 Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2022). “Estadísticas a propósito del día internacional de la lucha contra el cáncer de mama”. Comunicado de prensa 591/22.
2 Shamah-Levy, T. et al. (2020). “Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019: Resultados Nacionales”. Cuernavaca, México: INSP.
3 Vallejo, A.J. (2010). Osteoporosis, osteopenia y osteomalacia. Orthotips, 6(1): 50-58.
4 Ramírez et al. (2017). “Actividad física y cáncer de mama: un tratamiento dirigido”. Revista Médica de Chile, 145(1): 75-84.
Autoras: Ma. Socorro Saucedo Tamayo y Adriana Verónica Bolaños Villar, investigadoras de la Coordinación de Nutrición del CIAD, y Sherleen Adhara Licona Martínez, pasante de la licenciatura en nutrición de la Universidad Durango Santander