Los ambientes no son estériles. Las bacterias viven de manera natural en el agua y el suelo. Incluso se mueven junto con las personas. Justamente por ello, el doctor Cristóbal Chaidez Quiroz, junto con la comunidad científica, están abocados en desarrollar barreras para detenerlos y controlarlas, con un solo objetivo: garantizar la inocuidad de los alimentos.
Desde hace más de veinte años, Chaidez Quiroz trabaja para entender la dinámica de los microorganismos, las bacterias, los virus y parásitos, evitando que lleguen a las personas mediante los alimentos y viceversa.
En el caso de Sinaloa, el investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) aseguró que los agricultores sinaloenses comprendieron muy bien las nuevas exigencias y trabajaron fuertemente para lograr altos estándares de inocuidad. “Invierten y han entendido, la mayoría de ellos, que la inocuidad es un atributo que los puede llevar a encontrar mejores mercados en los países a los que exportan”.
El doctor por la Universidad de Arizona subrayó que la inocuidad es importante en la economía, el desarrollo agrícola y la salud en general y que, aunque la agricultura se ha fortalecido en dicho tema, lo siguiente es desarrollar y consolidarse con la industria 4.0.
El experto en biotecnología explicó que su grupo de investigación está trabajando para sustituir el uso de antibióticos que genera resistencia a las bacterias. “Estamos buscando alternativas biológicas para destruir las bacterias y explorando otras tecnologías que tienen que ver con la capacidad de detectar al microorganismo más rápido”.
Hace unos años, poder hacer una muestra en el laboratorio tomaba tres días; ahora, gracias al desarrollo tecnológico, podemos tener resultados en unas cuantas horas. La georreferenciación y la tecnología de identificación en tiempo real son cosas que traerán muchos beneficios a la inocuidad, concluyó Chaidez Quiroz.
Artículo originalmente publicado en www.bieninformado.com.