Bebidas hidratantes: ¿cuándo es recomendable consumirlas?
Con la llegada del verano, las temperaturas han empezado a incrementarse súbitamente, por lo que mantenerse con una buena hidratación es clave para sentirse bien y, sobre todo, evitar un golpe de calor. Aunque tomar agua constantemente en el transcurso del día suele ser suficiente, a veces es necesario apoyarse de otras alternativas de hidratación.
Las bebidas diseñadas para deportistas, las bebidas hidratantes y los electrolitos orales son productos utilizados para mantener el equilibrio hídrico y reponer nutrientes esenciales durante la actividad física intensa. Aunque a menudo se utilizan indistintamente, existen diferencias clave entre ellos en términos de composición y recomendaciones de uso. A continuación, se explicará cada uno de ellos y cuándo es recomendable su consumo, así como los riesgos asociados con su ingesta excesiva.
Bebidas para deportistas: estos productos están formulados para proporcionar hidratación y energía durante la práctica de ejercicio físico intenso y prolongado. Contienen una combinación de agua, carbohidratos (azúcares), electrolitos (como sodio, potasio y magnesio) y, en algunos casos, pequeñas cantidades de vitaminas. Las bebidas para deportistas son adecuadas para atletas que participan en actividades intensas durante más de una hora, como maratones o partidos de fútbol. Proporcionan energía rápida y ayudan a reemplazar los electrolitos perdidos a través del sudor.
Bebidas hidratantes: Estas bebidas se centran en reponer los niveles de líquidos y electrolitos del cuerpo, especialmente en situaciones de deshidratación leve o moderada. Suelen contener agua, sales minerales y, en algunos casos, azúcares y sabores adicionales. Las bebidas hidratantes son útiles después de actividades físicas menos intensas, como caminar, hacer yoga o ejercicios de baja intensidad. También pueden ser beneficiosas durante episodios de diarrea o vómitos, ya que ayudan a restablecer el equilibrio hídrico y los electrolitos perdidos.
Electrolitos orales: Los electrolitos orales son soluciones concentradas de sales minerales y electrolitos esenciales, como sodio, potasio y cloruro, que se disuelven en agua. Estas soluciones están diseñadas específicamente para tratar y prevenir la deshidratación severa y los desequilibrios electrolíticos. Los electrolitos orales son útiles en casos de deshidratación intensa causada por diarrea aguda, vómitos frecuentes o sudoración excesiva. Se deben utilizar bajo la supervisión de un profesional de la salud, ya que la dosis y la concentración deben ser adecuadas para cada situación.
Como se mencionó al inicio, el agua es la mejor vía para mantenernos bien hidratados, sobre todo si se lleva un estilo de vida en el que no se realiza ejercicio deportivo intenso o no se lleve a cabo una actividad laboral al aire libre; por ello es importante tener en cuenta los riesgos asociados con el consumo excesivo de bebidas hidratantes. A continuación se describen algunas de ellos:
Aporte calórico adicional: las bebidas para deportistas y algunas bebidas hidratantes pueden contener cantidades significativas de azúcares y edulcorantes; el consumo excesivo de estos puede llevar al desarrollo de problemas de salud relacionados con la obesidad, como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, además de problemas dentales y desequilibrios en los niveles de azúcar en sangre.
Desequilibrio electrolítico: aunque las bebidas hidratantes están formuladas para reponer electrolitos, un consumo excesivo puede conducir a un desequilibrio en los niveles de electrolitos en el cuerpo. Esto puede ser perjudicial para el funcionamiento normal de los músculos, los nervios y el corazón. Especialmente en personas con problemas renales o cardíacos preexistentes, un desequilibrio electrolítico puede ser peligroso.
Contenido de sodio: algunos productos de este tipo contienen niveles relativamente altos de sodio para ayudar a reemplazar los electrolitos perdidos durante la actividad física intensa. Sin embargo, un consumo excesivo de sodio puede aumentar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente en personas con hipertensión o predisposición genética.
Por último, es necesario subrayar que la deshidratación severa y prolongada puede llevar al desarrollo de un golpe de calor. Esta es una condición médica grave que ocurre cuando la temperatura corporal aumenta peligrosamente debido a la incapacidad del cuerpo para regularla adecuadamente. El golpe de calor puede ser potencialmente mortal y requiere atención médica inmediata. Si usted tiene preocupaciones sobre su hidratación o necesidades específicas, es recomendable consultar a un profesional de la salud.
Colaboración de Karen Patricia Quintero Cabello, egresada de la Maestría en Ciencias del CIAD, y Jesús Fernando Ayala Zavala, investigador del Laboratorio de Tecnologías Emergentes del CIAD.