Carolina Moreno Rivas, estudiante del doctorado en ciencias del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), investiga la manera de eliminar arsénico, cadmio y plomo en agua de consumo, utilizando el proceso de biosorción.
La biosorción es una técnica que aprovecha a los compuestos naturales y a algunos microorganismos para remover metales pesados, cuya ingesta frecuente puede producir diversos tipos de cáncer y otras enfermedades en poblaciones que consumen agua contaminada, aunque las concentraciones de metales sean muy bajas.
Trabajando con la levadura de panadería (Saccharomyces cerevisiae) encapsulada en alginato (procedente de las algas marinas cafés), Carolina ha desarrollado un sistema para remover entre el 85 y 90% de cadmio y plomo.
Para poder remover el arsénico, se sintetizaron nanopartículas de óxido de hierro y se entrecruzaron con la pared celular de la levadura; con esta modificación se logró remover el 70 % del arsénico presente en el agua.
El trabajo de tesis doctoral de Carolina es dirigido por Gabriela Ramos Clamont Montfort, de la Coordinación de Ciencia de los Alimentos, y asesorado por Luz Vázquez Moreno, Alma Rosas Islas Rubio, Jaqueline García Hernández y Tomás Madera, de diferentes coordinaciones del CIAD, además de José Andrei Sarabia Sainz, de la Universidad de Sonora (Unison).
Para poder realizar los experimentos se ha contado con el apoyo del Laboratorio de Ciencias Ambientales de la Coordinación del CIAD en Guaymas, el Laboratorio de Residuos Tóxicos de la Coordinación de Ciencia de los Alimentos, el Laboratorio de Biofísica Médica de la Unison y el Laboratorio Nacional de Nano y Biomateriales del Cinvestav, en Mérida, dirigido por Patricia Quintana Owen.
Actualmente se trabaja con columnas que simulan pequeños cartuchos, con la finalidad de desarrollar, a futuro, filtros caseros que puedan ser utilizados en comunidades rurales.