Buscan armonizar protocolos para el diagnóstico temprano del virus rugoso del tomate
El virus rugoso del tomate (ToBRFV, por sus siglas en inglés) es una plaga cuyo control está reglamentado para todos los países miembros de la Organización Norteamericana de Protección a las Plantas (Nappo, también por sus siglas en inglés), a la cual está integrada México; esta enfermedad afecta a las plantas para siembra, a la fruta y semilla de tomate y al chile, productos que se comercializan considerablemente entre los países miembros.
La preocupación de la industria por esta plaga radica en que ataca los cultivos hortícolas y ornamentales en todo el mundo; se transmite a través de la semilla y de manera mecánica y puede permanecer estable durante días, meses o años. Las afectaciones que sufren las plantas son diversas, tales como apariencia rugosa extrema, necrosis del pedúnculo y cáliz, hojas amarillas, tallos y hojas secas y manchas amarillas en los frutos.
En ese contexto, el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) participará en un plan piloto para la armonización de protocolos de diagnóstico de plagas de semillas centrado en el ToBRFV. Esta iniciativa es coorganizada por la Nappo y el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y en ella participarán laboratorios de referencia, terceros autorizados y centros de Investigación de México, Estados Unidos y Canadá.
La profesora investigadora del CIAD, Josefina León Félix, quien encabeza esta iniciativa, explicó que la participación de la institución en este proyecto es a través del Laboratorio de Biología Molecular y Genómica Funcional (Bimogen), uno de los tres laboratorios de México en la “prueba de anillo” para la evaluación de cinco protocolos candidatos para establecer un protocolo armonizado de diagnóstico para ToBRFV a nivel internacional.
La académica añadió que la armonización de protocolos de diagnóstico del ToBRFV tendría beneficios inmediatos para el comercio entre países miembros de la Nappo, puesto que la certeza de que el intercambio comercial de alimentos susceptibles a dicho virus cumple con las normas fitosanitarias, coadyuvaría a una economía más ágil que beneficiará tanto a productores como a consumidores.
Por último, agregó que las primeras acciones de este proyecto iniciaron el mes de marzo del presente año con reuniones informativas, capacitaciones e intercambio de ideas entre los laboratorios participantes, encabezados por el Senasica. Se espera que antes de finalizar 2022 se tengan los protocolos armonizados.