El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) recibió desde Costa Rica la visita de Mauricio Redondo Solano, quien ofreció una conferencia organizada por la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Animal (CTAOA) acerca de la posibilidad de que una bacteria patógena sea transmitida por vía alimentaria.
En la charla se presentaron los resultados de un estudio recientemente realizado por la Universidad de Costa Rica acerca de la bacteria Clostridium difficile, el cual consistió en analizar la posibilidad de su transmisión a través de alimentos de origen animal como la carne de cerdo.
El interés por este microorganismo surge debido a que se considera la principal causa a nivel mundial en casos de gastroenteritis asociada a pacientes hospitalarios que reciben antibióticos. Durante el tratamiento para combatir enfermedades con antibióticos, la microbiota intestinal se reduce y facilita la colonización de este microorganismo, que suele ser adquirido, principalmente, por la vía fecal-oral.
Clostridium difficile es una bacteria esporulada anaerobia que en los últimos años ha aumentado su incidencia, la severidad de los casos de la enfermedad que produce y el tipo de individuo que afecta. Durante la última década se ha incrementado la incidencia de los casos comunitarios de Clostridum difficile en Europa y Estados Unidos. Los pacientes comunitarios posiblemente contraen la infección por factores ambientales como la alimentación, el contacto con animales de granja o portadores asintomáticos.
Varios estudios realizados en Estados Unidos y Costa Rica han permitido comprobar que las esporas de Clostridum difficile son resistentes al tratamiento térmico aplicado a productos cárnicos. Asimismo, estudios adicionales determinaron que las esporas de este microorganismo son capaces de germinar y replicarse bajo condiciones normales de una formulación cárnica.
Entre las aportaciones de la investigación, también se destaca la necesidad de diseñar una metodología estándar para el aislamiento de Clostridium difficile. Actualmente no se cuenta con un procedimiento metodológico que permita el aislamiento y cuantificación apropiada de un microorganismo que se caracteriza por tener una naturaleza “difícil” (de ahí el nombre de esta bacteria). La identificación de Clostridium difficile como patógeno alimentario, podría tener implicaciones importantes a nivel de la industria de origen animal.
En la conferencia, Etna Aída Peña Ramos, investigadora de la CTAOA del CIAD, quien es anfitriona del profesor costarricense en esta institución, comentó que existe interés por parte de la Universidad de Costa Rica de recibir en sus laboratorios a los estudiantes de posgrado del CIAD. Esto dentro del marco del convenio de colaboración entre ambas instituciones que pronto se formalizará con la firma por parte de sus representantes.