Cómo cuidarnos de la bacteria “come carne”
Este verano hemos escuchado sobre una bacteria “come carne” e, incluso, que existe una alerta sanitaria por parte de Estados Unidos en el Golfo de México. Efectivamente, a Vibrio vulnificus algunos medios de comunicación le han dado ese nombre porque su infección produce necrosis en piel. De hecho, en personas infectadas, esta afección puede complicarse produciendo amputaciones y alcanzar niveles de mortalidad del 50%.
V. vulnificus se encuentra normalmente en ambientes marinos cálidos o tropicales. Aunque esta bacteria no es común, puede ocasionar gastroenteritis y pasar a la sangre produciendo septicemia (presencia de bacterias en la sangre). La infección puede ocurrir al consumir mariscos crudos, mal cocinados o por contacto directo con la bacteria a través de heridas en la piel.
En los últimos años se han reportado más casos en Estados Unidos asociados al consumo de mariscos o actividades acuáticas; sólo este verano se han contabilizado ocho defunciones. La zona de mayor preocupación y vigilancia son las aguas cálidas de Florida y Texas, pero también se ha detectado en las costas de California. En México no existe vigilancia para esta bacteria, y se tienen muy pocos reportes. Sabemos que está presente en ambos litorales, pues hay estudios que la reportan en agua de mar, ostiones y otros productos marinos.
En 2011 el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) realizó un estudio para detectar diferentes especies de Vibrio en la bahía y áreas cercanas a Guaymas, Sonora, y se logró identificar V. vulnificus a bajas concentraciones en el agua de mar; incluso se encontró aún en aguas frías (15.8 °C), lo cual es inusual para una bacteria que prefiere los climas cálidos. También en la región hay reportes de su detección en ostión y pata de mula en Sinaloa y Sonora, respectivamente.
El incremento de la temperatura en los océanos ocasionado por el calentamiento global ha propiciado una mayor distribución de esta y otras bacterias. Se estima que la llamada “bacteria come carne” es uno de los patógenos que pueden verse beneficiados, pues las altas temperaturas le favorecen y podrían, incluso, aumentar su patogenicidad, por lo que es probable que el número de casos asociados a V. vulnificus siga en aumento.
Aunque es considerada una bacteria muy peligrosa con alto índice de mortalidad, es importante mencionar que su patogenicidad no nos afecta a todos por igual. Las personas con enfermedades crónicas o un sistema inmune deprimido, tales como diabéticos, con afectaciones hepáticas, arritmias, fallas renales, o personas de edad avanzada, son mucho más susceptibles, así como personas con heridas abiertas. La mayor parte de las muertes se da en este grupo de personas. En personas saludables, sin enfermedades crónicas o con un sistema inmune fuerte, esta bacteria puede controlarse con atención médica desde los primeros síntomas.
Así que, aunque el verano lo asociamos con la playa, ceviche, ostiones y demás delicias del mar en forma fresca y muchas veces cruda o apenas sancochado, recordemos que también es la época en que esta bacteria prolifera y se encuentra en mayor cantidad en el agua de mar y, por lo tanto, en los productos marinos. Los mariscos contaminados con V. vulnificus no se ven, saben o huelen diferente; además, debemos recordar que el limón no mata bacterias, por lo que, si somos personas vulnerables, la mejor forma de cuidarnos es evitar consumo de mariscos crudos en esta época y evitar contacto con el agua si tenemos heridas.
Referencias
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Colaboración de Lorena Noriega Orozco y Alfonso Martínez Borraz. Departamento de Inocuidad Alimentaria del CIAD Guaymas