Compuestos fenólicos de la cáscara de mango pueden tener potencial como coadyuvantes en la prevención de diabetes
Los hábitos alimenticios basados en productos poco saludables y un estilo de vida sedentario son las principales causas del aumento en enfermedades crónicas no transmisibles. Una de las más preocupantes, y de gran incidencia en nuestro país, es la diabetes, aunada a su condición previa, la prediabetes o resistencia a la insulina.
En México estas enfermedades son abordadas desde distintas perspectivas; no obstante, los costos para el sistema de salud siguen siendo elevados, por lo que prevenir su desarrollo desde edades tempranas puede ser más eficiente. Es por ello por lo que en los últimos años se han buscado compuestos naturales con potencial antidiabético.
La insulina es una hormona producida y secretada por las células beta del páncreas. Esta hormona permite que la glucosa obtenida de los alimentos ingrese a las células y se utilice como su principal fuente de energía. Cuando la insulina no es utilizada adecuadamente, las células no pueden absorber glucosa y, en compensación, el páncreas secreta una mayor cantidad de insulina. Si a pesar de esta mayor secreción, las células no responden a ella, se absorberá poca glucosa y se producirá la llamada resistencia a la insulina.
Mientras esto ocurre, la elevada producción de insulina continúa para mantener los niveles de glucosa en sangre dentro del rango saludable (70-100 mg/dL). Sin embargo, si la resistencia no se trata, puede presentarse la prediabetes, que es definida por la Asociación Americana de Diabetes como un nivel intermedio de glucosa en sangre más alto de lo normal (100-125 mg/dL), pero no lo suficientemente alterado como para diagnosticar diabetes (mayor a 125 mg/dL).
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) en México, la prevalencia de prediabetes en el 2022 fue de 22.1%, y generalmente esta no es detectada a tiempo, incrementando la prevalencia de diabetes. La resistencia a la insulina y prediabetes pueden ser reversibles con hábitos saludables como una buena alimentación y actividad física, evitando así su progresión.
El consumo de algunos productos naturales puede también coadyuvar en revertir dichas condiciones. Por ejemplo, algunos subproductos de la industria alimentaria contienen altas cantidades de compuestos naturales; tal es el caso de la cáscara de mango. Esta se ha estudiado en los últimos años, demostrándose que tiene diferentes antioxidantes que posiblemente puedan ejercer efectos benéficos en la salud.
Los principales compuestos de la cáscara de mango son los compuestos fenólicos, que han mostrado diferentes actividades que los hacen una excelente alternativa para coadyuvar en prevenir la resistencia a la insulina, prediabetes y diabetes.
En el Laboratorio de Antioxidantes y Alimentos Funcionales se han realizado estudios en animales con prediabetes y diabetes para probar la efectividad de la cáscara de mango y sus compuestos fenólicos. Recientemente se reportó que compuestos como la mangiferina, ácido gálico y quercetina, pueden disminuir los niveles de glucosa en sangre hasta en un 25 %, así como normalizar la insulina y la captación de glucosa.
Lo anterior se debe, en parte, a que retardan la absorción de los carbohidratos, al inhibir las enzimas encargadas de digerirlos en el sistema digestivo. Esta evidencia soporta su potencial para prevenir o revertir la resistencia a la insulina, prediabetes y diabetes.
El aprovechamiento integral de subproductos como cáscara de mango es una opción para que los compuestos que aún contiene puedan ser utilizados en el desarrollo de nutracéuticos y alimentos funcionales. Su potencial continúa estudiándose por especialistas en nutrición, medicina, biología, tecnología e ingeniería de alimentos, para promover el bienestar y salud de la población.
Referencias
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Zand, A., Ibrahim, K. y Patham, B. (2018). Prediabetes: why should we care? Methodist DeBakey cardiovascular journal, 14(4): 289.
Autoras(es): Alejandra Montserrat Preciado Saldaña, investigadora de Estancias Postdoctorales por México comisionada al CIAD; Mónica Alejandra Villegas Ochoa, técnica de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal (CTAOV) del CIAD; Jesús Abraham Domínguez Ávila, Investigador por México (Conahcyt) comisionado al CIAD, y Gustavo Adolfo González Aguilar, investigador de la CTAOV del CIAD.