Un proyecto del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) encontró que la temperatura a la que se almacena la toronja influye en su coloración, característica importante para determinar su valor en el mercado.
El equipo integrado por los académicos de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal del CIAD, Emmanuel Aispuro Hernández, Irasema Vargas Arispuro y Miguel Ángel Martínez Téllez, ha estudiado durante varios años el efecto de la temperatura en el almacenamiento de cítricos, especialmente en la costa de Hermosillo, Sonora. A este estudio se unió Araceli Vera Guzmán, del Instituto Politécnico Nacional, unidad Oaxaca.
Su más reciente trabajo se enfocó en la variedad Río Red de toronja, cuya coloración rosácea de la piel es uno de los elementos que los consumidores toman en consideración al momento de elegir dicha fruta en los anaqueles.
Como parte de sus hallazgos, encontraron que la tonalidad que desarrolla su cáscara se debe a los pigmentos que se acumulan o degradan durante su almacenamiento. Esto es relevante, pues antes se pensaba que la síntesis de pigmentos determinantes del color final de los cítricos ocurría exclusivamente mientras aún estaban unidos al árbol.
Los resultados arrojaron que la toronja almacenada a trece grados centígrados hasta los cuarenta y dos días desarrolla la tonalidad óptima rosácea deseada en la variedad mencionada.
Esta temperatura de almacenamiento promueve un aumento en la expresión de genes relacionados con la síntesis de licopeno (molécula que brinda un color rojizo) y la degradación de clorofila en la piel de estos frutos.
Asimismo, descubrieron que es errónea la creencia de que entre más baja es la temperatura mejor se conservan los cítricos, ya que en el proyecto también se almacenó el fruto a dos grados centígrados y se encontró que dichos alimentos pueden ser susceptibles a desórdenes fisiológicos que afectan su calidad.
La práctica de almacenar en frío no es una constante en los productores y comercializadores de esta fruta en Sonora, puesto que incrementa sus costos de distribución; sin embargo, es un factor importante que puede llegar a determinar su valor en el mercado internacional.
Aunque esta entidad no se considera zona citrícola, realiza una actividad económica importante en naranja y toronja; incluso, esta última se ha exportado a Japón.
Por último, los académicos aseveraron que este estudio de ciencia básica abre las puertas para encontrar las condiciones necesarias para el correcto almacenamiento de frutas y hortalizas, lo cual puede ayudar al sector productivo mexicano a expandir sus fronteras de exportación.
El artículo donde fue publicado este estudio se encuentra disponible en el siguiente enlace electrónico: https://authors.elsevier.com/a/1Z1gp15Dynd5dZ.