El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) creó el consorcio Alianza Estratégica Sustentable de la Región Pacífico Sur (Adesur) para impulsar el desarrollo sustentable de la industria agroalimentaria de Guerrero, Chiapas y Oaxaca.
Este consorcio está integrado por cuatro instituciones pertenecientes a la red de centros públicos de investigación del Conacyt: el Centro de Investigación Científica de Yucatán (Cicy), el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (Ciad) y el Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial (Centrogeo), que desde 2015 ya habían colaborado desarrollando proyectos conjuntos.
El objetivo primordial del consorcio, que contará con un área física de alrededor de mil cien metros cuadrados de construcción en Acapulco, Guerrero, es generar desarrollo científico y transferencia de tecnología en las diferentes cadenas de valor, desde la materia prima hasta su comercialización y nuevos mercados.
“En Adesur tenemos como visión ser el consorcio de referencia nacional en la actividad agroindustrial mediante la cooperación y el desarrollo de proyectos de investigación conjunta y queremos servir como una plataforma de incubación y aceleración tanto para Guerrero como para los estados de la región Pacífico Sur”, dijo el doctor Lorenzo Felipe Sánchez Teyer, director general del CICY en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
La estrategia de investigación y transferencia de tecnología del consorcio se alinea a las agendas de los estados de la región Pacífico Sur para poder impactar en cadenas de valor. Señaló, además, que se prestarán servicios tecnológicos de calidad para la resolución de problemáticas del tejido productivo de la agroindustria de la región.
Tanto Cicy como Ciatej y Ciad poseen una gran experiencia en diferentes temáticas del área agroalimentaria y en distintos tipos de cultivos, mientras que Centrogeo tiene un amplio conocimiento de geomática, localización y de datos espaciales.
“La idea es integrar equipos de investigación con diferentes especialidades, trabajar de la mano con las instituciones de los estados y con asociaciones de productores y empresas para empezar a hacer la transferencia de tecnología y que esté disponible para todos los sectores”, señaló Sánchez Teyer.
Asimismo, dijo que el equipamiento del consorcio será moderado, ya que uno de los objetivos no es duplicar los esfuerzos e inversión, sino aprovechar las capacidades con que ya cuentan los centros de investigación y transferir la tecnología que han desarrollado durante años.
Adicionalmente, el director del Cicy enfatizó sobre los planes para que el consorcio se vuelva autosuficiente a mediano plazo. Dijo que la idea no es depender del gobierno federal, sino que, a través de la relación con empresas y productores, así como con la generación de valor agregado, se debe generar una tasa de retorno que permita alcanzar su autosuficiencia económica.
Por su parte, el doctor Inocencio Higuera Ciapara, director general de Ciatej, apuntó que inicialmente se trabajará sobre algunas de las cadenas alimentarias más importantes de la región del sureste de México, entre las que se encuentra el cocotero, el agave mezcalero, el mango, el café, el frijol y la producción acuícola.
El también investigador dijo que este consorcio busca resolver la problemática del desarrollo sustentable en las cadenas agroalimentarias de la región. Puso de ejemplo la cadena del mezcal, que en los últimos años ha tenido un gran auge en el mercado nacional e internacional.
“Debemos de diseñar políticas públicas que permitan que esa industria siga floreciendo, pero para que esto suceda y tenga un impacto positivo sobre las comunidades y los pequeños productores, es necesario instrumentar una política de repoblamiento de los agaves, debido a que la sobreexplotación de las poblaciones silvestres puede matar a la gallina de los huevos de oro”, comentó Higuera Ciapara.
Agregó que cada cadena agroalimentaria tiene sus problemáticas específicas que van desde la huella hídrica, la huella de carbono y el flujo energético, con la domesticación de especies cultivables y, en otros casos, con el uso de biotecnología para identificar marcadores moleculares que permitan el mejoramiento genético acelerado de las especies.
Zona estratégica
El estado de Guerrero, aunque sufre de un gran rezago en muchos indicadores, también posee un gran potencial, indicó Sánchez Teyer, y explicó que la decisión de instaurar el consorcio en Guerrero obedece al deseo de convertir el conocimiento en valor, de forma que el conocimiento repercuta en la calidad de vida de los habitantes de Acapulco.
Otra de las razones por las que se eligió Guerrero es porque ocupa el primer lugar en producción de coco y el segundo como productor de agave mezcalero. En el estado se conjuntan las materias primas, las cadenas de valor y la gente que vive de ellas, por lo que la ciencia y la tecnología pueden mejorar la calidad de vida.
El consorcio tiene asignados hasta el momento siete investigadores adscritos al programa cátedras y se pretende que el número aumente a veinte una vez que el arranque operaciones en su sede física durante el segundo semestre del 2018.
Adicionalmente, se tendrá una interacción con las instituciones de educación superior de Oaxaca, Guerrero y Chiapas para formar recursos humanos altamente especializados y capacitar a empresarios, productores y familias para trabajar de mejor manera el campo.
Colaboración de Ricardo Capilla, reportero de la Agencia Informativa Conacyt.