En nuestro país la prevalencia de discapacidad funcional en el adulto mayor es alrededor del 23 % y se asocia, principalmente, con la pérdida de masa muscular. Esta condición es potencialmente reversible, de acuerdo al doctor Heliodoro Alemán Mateo, investigador titular y profesor del programa de posgrado del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
De acuerdo al académico, lo anterior es posible si se suministran a las personas de la tercera edad cantidades de proteínas superiores a las recomendadas por los organismos internacionales e instituciones nacionales.
Por condición natural, el adulto mayor pierde en promedio entre 200 a 300 gramos de masa muscular anualmente. Sin embargo, en el paciente con diabetes que no lleva un control adecuado de su glucosa en sangre la pérdida puede ser mayor, afectando su funcionalidad y calidad de vida.
Por otra parte, desde hace décadas los especialistas en nutrición basados en las recomendaciones de organismos internacionales han sugerido que un adulto mayor debe comer por día 0.8 gramos de proteínas por kilo de peso corporal.
No obstante, conforme a resultados de estudios de cohorte por investigadores de Estados Unidos y Australia, así como los resultados de un estudio de investigación realizado por un grupo de trabajo del CIAD, el consumo debe llegar a 1.2 gramos por kilo de peso de la persona de la tercera edad, pues de esta manera se evita la pérdida de masa muscular y mejora la funcionalidad.
“Un adulto mayor requiere proteína, sobre todo de origen animal (carne de res, pollo o pescado) y los derivados (huevo, leche, queso, requesón y otros). Entonces, si se toma como promedio de peso en una persona de la tercera edad de 70 kilogramos y una ingestión de 1.2 gramos, estaremos hablando que el consumo diario debe ser entre 80 a 90 gramos de proteínas”, detalló Alemán Mateo.
Ejemplificó que un huevo entero contiene siete gramos de proteína, misma cantidad que hay en dos claras. Asimismo, con una porción de 150 gramos de pechuga de pollo, carne, pescado, en la comida se garantizan aproximadamente de 25 a 35 gramos.
“La industria alimentaria ofrece lácteos de grandes beneficios por ser bajos en grasa y deslactosados, pero además contienen casi el doble de proteína que otros productos. Existen productos comerciales que brindan hasta 13.5 gramos de proteínas por vaso de 240 mililitros, de manera que una porción en el desayuno y otra en la cena puede complementar muy bien la cantidad requerida diariamente”.
El investigador del CIAD advirtió que el adulto mayor con diabetes también puede seguir sin problema los señalamientos indicados anteriormente, a menos de que haya indicios de daño renal; en este caso el médico con conocimientos en nutrición geriátrica deberá ser quien prescriba las cantidades de proteína diaria.
Colaboración de Raúl Serrano, reportero de la revista Investigación y Desarrollo.