Becar mensualmente a jóvenes mexicanos que por diversos motivos no han podido continuar sus estudios o no cuentan con un empleo es una vía correcta para promover la inserción laboral, afirmó Luis Huesca Reynoso, investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
El economista explicó que desde 1984 inició en México un programa operado por la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, llamado Programa de Becas de Capacitación para Trabajadores Desempleados (Probecat), que en aquel entonces probó su eficiencia y otorgaba una beca mensual de un salario mínimo (SM), con una duración desde tres hasta seis meses.
Estudios que lo evaluaron sostuvieron que los beneficiados, tanto jóvenes en edad de trabajar como adultos sin empleo, lograban hasta un 60% de éxito en inserción o reinserción laboral.
Lo que propone el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo, está enfocado en el grupo poblacional que, de acuerdo a datos recientes del INEGI, presenta las tasas de desempleo más altas, que en estados como Oaxaca y Chiapas llega a ser de 23% en jóvenes de entre 18 a 29 años, cuando la cifra promedio nacional es de 3.4% (al cierre del último sexenio).
El programa Jóvenes Construyendo el Futuro es por decir, una réplica mejorada de Probecat, comentó Huesca Reynoso, en el entendido de que se ha diseñado en coparticipación con cámaras empresariales y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Esta iniciativa pretende beneficiar a casi 2.6 millones de jóvenes de 18 a 29 años con un estímulo económico mensual de tres mil seiscientos pesos (1.15 SM vigentes), para que ingresen a capacitarse en centros de trabajo de la iniciativa privada (70%), sector público (20%) y asociaciones sociales (un 10%), en donde después de un año puedan ser contratados con base en lo que aprendieron.
De acuerdo a la información que ha adelantado la Presidencia de la República, aseguró, esta propuesta contará con un presupuesto de más de 133 mil millones de pesos, que representa 0.1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Si se compara con otras experiencias en Latinoamérica, Argentina destina más de un punto de su PIB a programas relacionados con el apoyo a niños(as) y jóvenes, indicó el especialista en economía y desarrollo regional.
Huesca Reynoso sentenció que, aunque es inédito en México, este programa no es un experimento, pues ha probado su eficacia en otros países del mundo, además de que es una correcta estrategia para combatir la deserción escolar, dado que el programa intentará llegar hasta trescientos mil candidatos actuales para realizar o terminar sus estudios universitarios.
Por último, el investigador del CIAD compartió que el gran reto de este esquema de estímulos es garantizar su continuidad sin depender únicamente del ahorro generado por la austeridad derivada del reciente recorte a la burocracia federal, así como asegurarles a las y los jóvenes que las empresas que los capaciten los emplearán y otorgarán un salario digno muy superior al que recibirán por la beca.