Cosmecéuticos: una alternativa de cuidado de la piel
La piel, al ser el órgano más grande del cuerpo humano, se encuentra en constante exposición a agentes que la pueden dañar, como la radiación ultravioleta, contaminación medioambiental, estrés, mala alimentación y poco descanso, entre otros. Sin embargo, la lucha por mantener una piel radiante es un tema que atañe a un gran sector de la población.
En el mercado se puede encontrar una gran variedad de productos para el cuidado de la piel, desde cremas, protectores solares, sueros, geles, polvos y tónicos, los cuales actúan como adyuvantes para conservar una piel hidratada y fresca, así como para minimizar las líneas de expresión, manchas y cicatrices e, igual de importante, protegerla del daño causado por los rayos de luz ultravioleta.
Algunos de esos productos suelen estar legislados como fármacos, cosméticos o, bien, productos dermatológicos. Sin embargo, existe un concepto denominado “cosmecéutico”, el cual surgió en los años setenta, y hace referencia a un producto tópico que no es un cosmético; tampoco es un fármaco, sino una mezcla de excipientes, humectantes y moléculas bioactivas derivadas normalmente de plantas que aportan cualidades superiores a la de un cosmético, sin estar dirigidas al tratamiento de una patología, tal como sucede con un fármaco.
Normalmente estos cosmecéuticos se basan en tratar de mitigar la radiación solar o actuar como antioxidantes y antiinflamatorios que ayudan al tratamiento contra manchas y arrugas, a la reparación de fibras como colágeno y elastina y a exfoliar e hidratar, por mencionar algunos. Estos efectos de los cosmecéuticos son gracias a los extractos o moléculas aisladas que se incorporan, pudiendo ser de naturaleza sintética o, bien, extraídos naturalmente de plantas medicinales.
Algunas de las plantas que coadyuvan al mantenimiento de la piel son ornamentales, medicinales o alimenticias. Por ejemplo: la manzanilla, por su aporte de flavonoides y ácidos fenólicos; la raíz de regaliz, por su aporte de triterpenos y casi trescientos flavonoides; la menta, por sus aceites esenciales, como el mentol y el neomentol; el aceite de rosas, rico en β-citronelol, nonadecanol, geraniol y flavonoides. Asimismo, otras importantes fuentes de esas biomoléculas son el aceite de soya, aceite de cítricos, aloe vera, aceite de aguacate, Ginseng, granada, árbol de té, té verde, caléndula, avena, Hedera helix, aceite de neem y cúrcuma, por mencionar algunas.
Dentro de las moléculas más estudiadas para el cuidado de la piel se encuentran los compuestos fenólicos, en especial los ácidos fenólicos (ácido elágico, p-cumárico, cafeico, rosmarínico), flavonoides (quercetina, luteolina, apigenina, kaempferol, oleuropeina, catequinas genisteina), estilbenos (resveratrol, oxiresveratrol), cumarinas, chalconas (kuraridina, licochalcona A, morachalcona A, floridzina) hidroquinonas, taninos (florotaninos), péptidos bioactivos, alcaloides (boldina, ergotioneina, niacinamida, shinorina), vitaminas (C, E), terpenos (ginsenósidos), aceites esenciales, carotenoides (zeaxantina, fucozantina, luteína, astaxantina), proteínas (colágeno), ácidos grasos como los omegas y polímeros (ácido hialurónico, quitosano, polisacáridos de hongos como el Ganoderma lucidum), entre un sinfín de metabolitos que aún falta por dilucidar en la naturaleza.
México cuenta con una amplia biodiversidad e investigación en productos naturales, y cuenta con Centros Públicos de Investigación adscritos al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) especializados como, el CIAD (Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo), el CICY (Centro de Investigación Científica de Yucatán), el Ciatej (Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco) y el Cicese (Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California), entre otros, los cuales aportan conocimiento sobre nuevas especies de plantas con cualidades biomédicas que son de gran relevancia para nuestra sociedad. Es por ello por lo que se deben rescatar los recursos naturales nativos y autóctonos de México, generando un mayor conocimiento para poder darles un uso industrial, resaltando el impacto social a través de la generación de nuevas y mejores economías para la sociedad mexicana.
Actualmente dentro del Laboratorio de Alimentos Funcionales y Nutracéuticos del CIAD, Coordinación Regional Culiacán, se llevan a cabo investigaciones con plantas medicinales como coadyuvantes en el tratamiento de diversos padecimientos, uno de ellos es la salud de la piel a través de la creación de cosmecéuticos.
Los proyectos de investigación se están llevando a cabo por los estudiantes de posgrado Bárbara Cuevas y Alfonso Jiménez. Para más información puede contactar a los estudiantes o al Dr. J. Basilio Heredia, responsable del laboratorio.
Referencias
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Colaboración de Bárbara Y. Cuevas Sánchez y Luis Alfonso Jiménez Ortega, estudiantes del posgrado en ciencias, y J. Basilio Heredia, profesor investigador de la Coordinación Regional Culiacán del CIAD.