¡Cuidado en cómo sazonas tu comida!
En medio de tantas tentaciones que ofrece el mercado de alimentos, comer en forma saludable es, sin duda, un acto que requiere de un poco esfuerzo, pero de mucha conciencia. Nuestra disposición y voluntad puede resultar infructuosa cuando la falta de información nutricional hace que un platillo sano deje de serlo cuando agregamos ingredientes poco benéficos para el organismo.
Libertad Zamorano García, investigadora de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Animal del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), nos explica cómo podemos prevenir la ingesta excesiva de azúcares, grasas y calorías en el acompañamiento de alimentos.
Aderezos
Una ensalada puede ser un platillo muy saludable, pero por cada porción de aderezo que le agreguemos, sin darnos cuenta añadimos grasas saturadas, aceite vegetal, jarabe de maíz de alta fructosa, almidones modificados, colorantes y exceso de sodio, entre otros, que pueden transformar una comida que originalmente es de pocas calorías en una altamente calórica; por ejemplo, una cucharada del aderezo tan comúnmente usado como el “mil islas” puede proporcionarnos de 30 a 60 calorías, dependiendo la marca comercial.
Salsas
Cuando pensamos en salsas nos vienen a la mente aquellas que proporcionan sabores picantes, pero existe una gran variedad utilizada en la preparación de los alimentos: dulces, saladas, acidificadas; por ejemplo, ¿sabías que una sola cucharada de salsa de soya contiene más de la cantidad de sodio recomendada al día? Asimismo, las salsas picantes envasadas suelen ser fuentes importantes de dicho mineral, que se asocia como factor de riesgo para la aparición de enfermedades cardiovasculares. También productos como el “chamoy”, muy popular en infantes y jóvenes como acompañamiento para botanas, además de sodio contienen gran cantidad de azúcares, almidones y colorantes. Se han llegado a comercializar salsas de tomate que lo que menos contienen es tomate; además, la salsa cátsup se caracteriza por tener un alto contenido de azúcares.
Jarabes
No es aconsejable agregar miel de abeja o jarabes artificiales sobre frutas o productos panificados al momento de consumirlos. Las frutas ya contienen los azúcares suficientes para que nuestro cuerpo los pueda metabolizar sin perjudicar la salud. Muchas de las harinas preparadas para postres poseen una gran cantidad de azúcares, misma que se ve ampliamente rebasada cuando se agregan las diferentes mezclas de cremas batidas y mermeladas en la repostería.
Si somos entusiastas de los sabores dulces, es mejor idea complementar los hot cakes con fruta picada encima que con mantequilla, mermeladas o jarabe de maple. No obstante, la sustitución de azúcar por miel de abeja en la elaboración de repostería puede ser de gran beneficio.
El nuevo etiquetado nutrimental en México ofrece advertencias en forma de octágonos sobre productos alimenticios que rebasan la cantidad de azúcares, grasas saturadas y trans, calorías y sodio, así como la presencia de cafeína y edulcorantes. Esta es una excelente guía que nos puede orientar a tomar decisiones en nuestra alimentación.
Por último, Zamorano García aconsejó sustituir los productos comerciales en nuestra mesa, optando por complementos más naturales, como salsas y aderezos hechos en casa, que solo necesiten especias para su elaboración, sin añadir azúcar y cuidando la cantidad de sal. “Existe una gran cantidad de especias que no hemos sabido explotar y que nos proporcionan gran sabor en los alimentos. Utilizando ingredientes que tengamos en el hogar en cantidades moderadas, podemos sustituir salsas y aderezos comerciales por opciones más naturales y disfrutar de una deliciosa y saludable comida”, concluyó.