Paralelo a los daños materiales provocados por las inundaciones ocasionadas por el paso de huracanes y depresiones tropicales que han afectado al país, una de las preocupaciones para la población afectada es el brote de enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias, dermatitis, conjuntivitis o dengue.
Por ello, las acciones de vigilancia epidemiológica emprendidas por brigadas de la Secretaría de Salud resultan de vital importancia a fin de contener cualquier eventualidad sanitaria.
Aunado a las acciones que desde instancias de gobierno local y federal se realizan, la participación ciudadana también juega un papel importante en la contención de brotes epidemiológicos ante desafortunados eventos que suceden en toda la geografía del país.
A decir del doctor Cristóbal Chaidez Quiroz, Director del Laboratorio Nacional para la Investigación en Inocuidad Alimentaria (Lannia) del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (Ciad), al dañarse los sistemas de distribución de agua, luego de una catástrofe natural, hay riesgo inminente de aparición de enfermedades.
Entre estas se pueden enlistar al cólera, hepatitis y dengue, además de las relacionadas con infecciones en la piel (dermatitis fúngica) debido a una falta de higiene. Es por ello que los ciudadanos afectados deben procurar realizar una limpieza de su hogar y la desinfección adecuada en zonas de contacto y alimentos de consumo.
El especialista en microbiología ambiental y de alimentos señaló que para desinfectar las superficies y alimentos el cloro es una de las opciones más viables, al ser económica y confiable, ya que cubre un amplio espectro de eliminación de microorganismos debido a su capacidad oxidante que destruye las estructuras de patógenos.
Además, recordó que lejos de lo que se piensa, es en el hogar donde se generan el mayor número de infecciones gastrointestinales, porque en muchas ocasiones en hospitales, restaurantes y centros comerciales tienen un procedimiento en la desinfección de baños y cocinas, pero no ocurre así en la casa.
Un ejemplo de lo anterior, dijo, es que, de acuerdo a estudios realizados por la Universidad de Arizona (EE.UU.), las esponjas, trapos y tablas para cortar son algunos de los utensilios domésticos con mayor cantidad de microorganismos por pulgada cuadrada.
En ese sentido, señaló que basta mezclar un par de gotas de cloro concentrado en 250 mililitros de agua, dejar reposar cinco minutos y con ello limpiar superficies de contacto de cocina y aparatos domésticos.
Asimismo, recordó que por norma oficial mexicana (NOM-127-SSA1-1994) el agua potable contiene cloro para evitar la presencia microbiana, y en eventualidades como las que devienen luego del paso de un huracán o en lugares donde no hay sistemas de distribución de agua y tienen pozos superficiales de dudosa calidad, se recomienda filtrar el recurso, suministrar dos gotas de cloro por cada litro y dejarlo reposar durante treinta minutos para que sirva para el consumo humano.
Además, el agua que ha sido tratada mediante el método anteriormente descrito también puede ser utilizada para el baño, el aseo personal o la preparación de alimentos.
Por último, Chaidez Quiroz consideró importante puntualizar que la limpieza y la desinfección son unas de las principales estrategias para evitar infecciones que pongan en riesgo la salud de las personas; por ello, no solo debe realizarse a profundidad cuando acontecen desastres naturales, como las inundaciones, sino que debe ser adaptada por las familias de manera cotidiana.