Utilizando las herramientas que hay en biología molecular, investigadores del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C. (CIAD), trabajarán por doce meses un proyecto para identificar y establecer las variedades y clones de Olivo que actualmente se siembran en Caborca, Sonora y empezar a dar seguimiento a su huella genética.
El MC Alberto Sánchez Estrada, colaborador de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal (CTAOV), explicó que actualmente la variedad Manzanilla se encuentra en un 90 por ciento de la producción, pero ésta ha evolucionado y por esa razón es necesario determinar si la variedad de Olivo traída de España en los años 50´s, tiene diferencias con la variedad Manzanilla que se siembra actualmente en Caborca.
Al tener esa información el grupo de investigadores conformado por Rosalba Troncoso Rojas, Martin E. Tiznado Hernández, Ángel Javier Ojeda Contreras de la CTAOV y María Elena Báez Flores de la Universidad Autónoma de Sinaloa, podrán saber si verdaderamente hay un clon mexicano.
“Lo que estamos buscando es saber que las variedades sean las que dicen ser y no las estén confundiendo con otras, ya teniendo la información daremos seguimiento a su huella genética”, dijo el investigador.
Si durante el proyecto de investigación se detecta la variedad de Olivo Manzanilla con ciertas características mexicanas, se realizará un estudio comparativo con la variedad Manzanilla original (de España) para determinar cuál es mejor para propagarla, re-injertarla y aplicarle diferentes manejos para obtener mejores frutos.
La polinización es una etapa muy importante manifestó el investigador y actualmente la variedad que más se utiliza para ello es la Sevillano, pero se busca conocer cuál de las variedades es la que daría los mejores rendimientos.
Sánchez Estrada precisó que los polinizadores de la variedad Manzanilla más utilizados son: Baroni, Sevillano, Frantoio, Misión, Sierra nevada o Nevadillo, todas traídas de Europa, pero este proyecto también arrojará información para conocer si alguna de ellas pudiera comercializarse como producto de mesa o aceite, lo que pudiera abrir un nuevo nicho de mercado.
Agregó que el proyecto denominado “Identificación de la vocación productiva de las variedades y clones de olivo en la región de Caborca, Sonora”, pretende determinar el proceso de adaptabilidad de la planta, cambios que pudieran ser en su beneficio o del productor.
El proyecto contempla la elaboración de un catálogo con las seis variedades de olivo que incluya las características de cada una: el árbol, las hojas y el fruto, documento que servirá de consulta para los productores porque podrán relacionar su huella genética e identificar cuál de las variedades pueden estar en el mercado como producto de mesa o en aceite comestible.
“Del fruto se evaluará su calidad tanto para mesa como para aceite, a lo mejor no produce tanta aceite pero la que produce es de muy buena calidad y podría haber una oportunidad de negocio”, dijo.
Destacó que la producción actual de olivo en esa región es para mesa. Es un cultivo alternante pero en buenas temporadas se cosechan entre cuatro y cinco toneladas. Actualmente en Caborca se siembran 1, 500 hectáreas anualmente.