Determinarán si existe presencia del virus del COVID-19 en aguas residuales
Existe evidencia de que el virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, podría encontrarse en aguas residuales, por lo que científicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) realizarán un estudio para conocer si el virus está presente en aguas residuales de la Ciudad de México, que se usan para riego de cultivos del Valle del Mezquital de Hidalgo, y, de ser el caso, determinar su estabilidad en el suelo y, finalmente, si permanece en los alimentos cosechados.
Este proyecto se realizará en el Centro de Investigación y Desarrollo en Agrobiotecnología Alimentaria (Cidea), consorcio de investigación del cual el CIAD es socio propietario, y será posible gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en el marco de la convocatoria 2020-1 “Apoyo para proyectos de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación en salud ante la contingencia por covid-19”.
La primera fase del estudio iniciará con el muestreo de aguas residuales, suelo y hortalizas, que se realizará en coordinación con autoridades estatales de la Comisión Nacional del Agua y con los Distritos de Desarrollo Rural correspondientes.
Para ello, se realizará un análisis microbiológico y fisicoquímico de las muestras, así como la detección del ARN del virus utilizando el método de qRT-PCR. Con dichos datos se hará una modelación matemática de la estabilidad y dispersión del virus en agua y suelo.
Por parte del CIAD-Cidea participarán los investigadores Jorge Rocha, Víctor González, Yaxkin Coronado, Eneas Aguirre, Roberto Navarro, Pablo Pérez, Mayra de la Torre y Jesús Hernández. También aportarán su experiencia las profesoras del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Laura Palomares y Susana López, así como el académico Óscar Monroy, de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa.
De acuerdo con el doctor Jorge Rocha, responsable técnico del proyecto, la principal contribución científica de este trabajo consiste en generar nuevo conocimiento sobre la estabilidad y dispersión del virus en aguas residuales y suelo, que se podrá extrapolar a otras localidades.
Añadió que se sabe que en el Valle del Mezquital se utilizan las aguas negras de la Ciudad de México, sin ningún tratamiento, para riego. Inclusive, las verduras y hierbas son lavadas en los canales de riego.
Aunque no es claro si el virus permanece infectivo en las aguas residuales, es importante determinar si este sistema productivo es un posible factor de riesgo para la transmisión de la enfermedad desde la Ciudad de México, la zona con más prevalencia de la enfermedad, hasta zonas agrícolas de Hidalgo. Asimismo, es igualmente importante conocer si material genético del virus que se llegara a detectar permanece en los alimentos cosechados, explicó.
Por último, agregó que esta iniciativa puede servir como la base para el monitoreo, basado en aguas residuales, de la epidemia en la Ciudad de México o en ciudades del estado de Hidalgo. Asimismo, añadió que, con la información generada y transferida a las autoridades de salud, se podrán diseñar estrategias para el uso responsable de las aguas residuales para riego y proponer prácticas agrícolas para disminuir el riesgo de adquirir el virus y otros patógenos presentes en el agua.