Dieta sana y actividad física previenen y tratan estreñimiento
El estreñimiento es uno de los diez problemas de salud más frecuentes en los niños; lo padece hasta una tercera parte de los menores que acuden a consulta con pediatras gastroenterólogos. En el 95% de los casos se trata de estreñimiento funcional, así llamado cuando no hay una enfermedad subyacente. Muchas veces, el origen es el adiestramiento inadecuado para control de esfínteres, fobia o rechazo al inodoro y regímenes dietéticos restrictivos. En esta condición resulta crítico el periodo de entrenamiento, cuando los niños pasan de dos a tres evacuaciones diarias a una vez al día, después de los tres años y durante toda su vida.
Los síntomas asociados al estreñimiento son recurrentes y, muchas veces, incapacitantes, perturbando el sueño y dificultando el desarrollo social de los niños. En forma concomitante, no es raro que tanto los niños como los adultos desarrollen trastornos psicológicos como ansiedad y depresión con este problema. De hecho, los gastroenterólogos pediatras comentan que la prevalencia de estreñimiento ha aumentado en los niños debido a la ansiedad provocada por la actual pandemia.
Los pediatras tratan el estreñimiento con laxantes, y la mitad de los niños se alivia, pero el restante permanece con el padecimiento hasta después de cinco años de tratamiento. De acuerdo con algunos especialistas, el tratamiento con probióticos o con estimuladores de motilidad no son efectivos y la fisioterapia pélvica y la estimulación del nervio sacro son opciones prometedoras, pero que requieren mayor ensayo.
No obstante, el tratamiento más accesible para prevenir o aliviar el problema de estreñimiento es la modificación de la alimentación. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 64% de los niños mexicanos menores de cinco años consume botanas no saludables y dulces, el 49% toma cereales endulzados como desayuno y el 83% ingiere bebidas azucaradas a diario. Solo el 37.5% de los niños en ese grupo de edad consume frijoles; poco menos de la mitad ingiere alguna fruta y únicamente la quinta parte de los niños come verduras. Esta forma de alimentar a los infantes no les aporta la suficiente fibra dietética, y por eso están expuestos a padecer estreñimiento. Se requiere darles a diario más fruta y verdura, además de leguminosas como frijol o lentejas.
Los adolescentes, en su afán de independencia, son un grupo etario con la dieta menos equilibrada que cualquier otro grupo. Toman menos agua, consumen menos leguminosas, frutas y lácteos y más comida rápida que los menores y los adultos (Ensanut, 2018). Además, pasan muchas horas de inactividad física con sus videojuegos, música grabada y computadoras. Por esto, no es raro que padezcan estreñimiento, cuando hace unos años eran el grupo con menos problemas de ese tipo, debido a su actividad física.
Actualmente, en los adultos, desde jóvenes, prevalece el estreñimiento, a diferencia de hace dos décadas, cuando era un problema de personas mayores. Para ellos se recomienda cambio en el estilo de vida y modificación de la dieta para aliviar síntomas de estreñimiento crónico. Es muy importante la actividad física, iniciando con veinte minutos de caminata al día, lo que redundará en muchos beneficios para la salud. La suplementación de una fuente de fibra extra no es lo más recomendable, si acaso fibra soluble como psilum, pero no salvado. Lo más efectivo es tomar la fibra de los alimentos en forma natural; frutas, verduras y leguminosas son buena fuente.
Es muy importante seguir las recomendaciones, porque de no tratarse adecuadamente, el estreñimiento se vuelve crónico y cada vez más difícil de controlar. Además de la dieta rica en fibra, suficiente agua y ejercicio cotidiano, se recomienda no automedicarse. La accesibilidad de antiácidos e inhibidores de la bomba de protones son tentación para muchos, pero terminan recrudeciendo el problema del estreñimiento.
Colaboración de Ana María Calderón de la Barca, investigadora de la Coordinación de Nutrición del CIAD.