Dificultades de reintegración social de mujeres egresadas de los Ceresos
Con el fin de contribuir a la generación de conocimiento científico que coadyuve al diseño de políticas públicas, en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) se realizó un estudio para conocer las experiencias de mujeres egresadas de los Centros de Reinserción Social (Cereso) del estado de Sonora.
Con la dirección académica de la profesora Rosario Román Pérez, investigadora de la Coordinación de Desarrollo Regional del CIAD, la estudiante Melody Guadalupe Quihuis Hernández estudió este tema en su tesis de maestría en Desarrollo Regional. El propósito fue conocer las experiencias de mujeres que estuvieron privadas de libertad sobre el programa de reinserción social de los Ceresos de Sonora y las áreas de oportunidad que estas identifican.
De acuerdo con la alumna, recientemente se ha presentado un aumento respecto a los ingresos de las mujeres a los Centros de Reinserción Social, razón por la cual ha sido necesario prestar atención a los planes y programas de reinserción social y analizar la manera en que viven estos procesos las usuarias de dicha institución.
De los años 2013 al 2018 ha habido un incremento de 56% en los ingresos, principalmente por delitos como la posesión de narcóticos con fines de comercio. Las mujeres de este estudio enfrentaron un proceso penal por complicidad en la comisión de los delitos.
Las entrevistadas opinaron que las áreas designadas para las mujeres en los centros penitenciarios carecen de espacios específicos y materiales para algunas capacitaciones. Pueden aprender alguna actividad, por ejemplo, panadería, pero no seguir practicándola al no tener acceso a los electrodomésticos necesarios.
Las capacitaciones también refuerzan habilidades que son poco remunerativas, reproduciendo con ello los roles de género que les dificultan su autonomía económica. A lo anterior se agrega que no reciben ayuda psicológica que les oriente con respecto a sus planes de vida, así como apoyo para la recuperación de los documentos necesarios para reintegrarse a la sociedad.
La ahora egresada del CIAD indicó que es indispensable analizar los contextos previos de las mujeres que atraviesan por un proceso penal, pues estos serán los espacios a los que regresarán una vez que sean puestas en libertad.
“Una vez que egresan, enfrentan diferentes circunstancias que dificultan llevar a cabo su reinserción social. Desde su perspectiva, no encuentran opciones para obtener alguna forma de ingreso mediante un empleo o actividad remunerada. Aunque no se sienten rechazadas, sí perciben ser estigmatizadas por sus antecedentes penales”, compartió.
Finalmente, Quihuis Hernández explicó que, aunque el apoyo familiar que reciben las internas es una motivación para cumplir su sentencia, una vez que egresan les resulta complicado reintegrarse, ya sea por conflictos, decesos, cambios en las dinámicas familiares o cuestiones económicas y de espacio en las viviendas.
Conocer las situaciones que las llevaron a ser recluidas, permitiría generar programas de reinserción que las dote de herramientas para subsistir una vez que egresan. Por lo mismo, recomienda incluir actividades que les proporcionen habilidades orientadas a su autonomía económica e independencia emocional, más que las tradicionalmente asignadas a las mujeres y con menor valor”, concluyó.