Efectos de la diabetes gestacional en la microbiota cervicovaginal
La diabetes mellitus gestacional (DMG) es la condición médica que afecta con más frecuencia a mujeres y a sus hijos durante el embarazo. En este padecimiento, los niveles de glucosa en sangre aumentan. Es detectada por primera vez en el segundo o tercer trimestre de gestación en mujeres sin antecedentes previos de diabetes.1
Durante el embarazo, el cuerpo experimenta una resistencia natural y temporal a la insulina, impulsada por hormonas locales y placentarias como el estrógeno, la progesterona, la leptina, el cortisol, el lactógeno placentario y la hormona del crecimiento placentario.2 Estas hormonas son parte de una adaptación para satisfacer las necesidades energéticas del feto y preparar el organismo materno para el parto y la lactancia.3
No obstante, cuando el cuerpo no puede generar suficiente insulina para satisfacer las mayores demandas que ejerce el embarazo, los niveles de glucosa en la sangre aumentan. Esta condición es conocida como hiperglucemia y puede tener repercusiones negativas tanto en la salud de la madre como en el desarrollo del bebé.4
Puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo, como hipertensión arterial y problemas en el crecimiento fetal.5 Además, los niveles elevados de azúcar en sangre pueden afectar el desarrollo del páncreas del bebé, lo que podría influir en el riesgo que tiene de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.6
Autores como Cortez et al. (2019) y Taddei et al. (2018) han sugerido que la DMG influye en los microbiomas intestinal, oral y vaginal,7, 8 debido a que en la diabetes gestacional hay más sustancias inflamatorias y bacterias potencialmente dañinas. Estos cambios pueden tener implicaciones en la salud vaginal y, posiblemente, influir en la susceptibilidad a infecciones vaginales.
La microbiota vaginal humana, que comprende el 9% de la microbiota total del cuerpo, está mayormente compuesta por bacterias del género Lactobacillus.9 Estas bacterias metabolizan el glucógeno en la vagina transformándolo en ácido láctico. Esto resulta en un pH vaginal más bajo (menor a 4.5), lo que establece un ambiente ácido que dificulta el crecimiento de bacterias patógenas. Además, el género Lactobacillus produce sustancias con propiedades antimicrobianas que contribuyen a la salud vaginal.10
Al provocar un desequilibrio hormonal, un proceso inflamatorio y generar un ambiente hiperglucémico en el epitelio vaginal, la DMG podría ser un factor en la alteración de la microbiota cervicovaginal. Hasta la fecha no existen estudios que confirmen esta asociación, por lo que una investigación realizada en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) por Lisset Hernández Cosio, alumna de la maestría en ciencias, bajo la dirección académica de la investigadora Silvia Alejandra García Gasca, utilizó tecnología de nueva generación por medio de la secuenciación metagenómica para atender este problema de salud pública presente en entre 17.7% y 30% de la población mexicana,11 en un estudio que fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación del CIAD (CE/002/2020).
Identificación de los principales grupos taxonómicos a nivel filo, género y especie en mujeres gestantes sanas y mujeres con DMG
La secuenciación del microbioma vaginal se realizó en 14 mujeres embarazadas (9 pacientes DMG y 5 grupo control). El análisis no presentó diferencias significativas; sin embargo, las pacientes con diabetes mellitus gestacional presentaron mayor porcentaje de antecedentes familiares con diabetes, edad e IMC, en comparación con las pacientes gestantes sanas.
Este estudio encontró que el género principal en ambos grupos es Lactobacillus, que representa el 75.56% en mujeres embarazadas sanas y el 66.59% en las que tienen DMG. Esto es similar a lo que se ha visto en mujeres sanas, donde Lactobacillus representa una abundancia de 60% a 90%.12
Por otra parte, las mujeres con diabetes gestacional tienen más variedad de microorganismos (277 vs. 139 géneros), aunque no hubo una identificación de diferencias significativas. Los géneros Lactobacillus, Fannyhessea o Atopobium, Gardnerella y Bifidobacterium fueron los más representativos.
El estudio hipotetizó que los factores anteriormente mencionados, consecuencias del padecimiento de diabetes mellitus gestacional, alterarían la estructura de la microbiota cervicovaginal, lo que disminuiría la abundancia de especies de Lactobacillus. Sin embargo, esta hipótesis se rechazó.
Mutlu y Abdill, en 2018 y 2022, respectivamente, sugirieron que la ubicación geográfica influye en la composición del microbioma, al igual que la variación genética, dieta, estilo de vida, edad, tiempo gestacional y patrones en el uso de antibióticos, entre otros factores.13, 14 A pesar de esto, es observable que la DMG no está asociada a la presencia de microoganismos patógenos y baja abundancia de Lactobacillus, ya que pacientes de ambos grupos presentaron tanto un microbioma considerado saludable como condiciones asociadas a patogenicidad.
Dentro del estudio se identificaron dos especies patógenas de importancia clínica: Neisseria gonorrhoeae y Alphapapillomavirus, de las cuales la primera es una de las enfermedades bacterianas de transmisión sexual más comunes y la segunda,el agente causal de prácticamente todos los casos de cáncer de cuello uterino.15 La presencia de gonorrea y del virus del papiloma humano en el embarazo aumenta la probabilidad de parto prematuro, trastornos hipertensivos del embarazo, restricción del crecimiento fetal, bajo peso al nacer e, incluso, muerte fetal intrauterina.16 Sin embargo, en este estudio no se tuvo conocimiento de resultados adversos durante el embarazo.
Por último, a pesar de no encontrar diferencias significativas debido al tamaño de la muestra y el análisis de factores, las conclusiones no descartan que la presencia conjunta de disbiosis vaginal y DMG constituya un agravante y cause mayores complicaciones en el embarazo y en el parto que cada una por separado.
Referencias
1 American Diabetes Association (2022). Classification and diagnosis of diabetes: standards of medical care in diabetes. Diabetes Care, 45, S17-S38. https://doi.org/10.2337/dc22-S002
2 Bougherara, L., Hanssens, S., Subtil, D., Vambergue, A. y Deruelle, P. (2018). Diabetes gestacional. EMC-Ginecología-Obstetricia, 54(1): 1-11. https://doi:10.1016/s1283-081x(18)88086-9.
3 Lefkovits, Y. R., Stewart, Z. A. y Murphy, H. R. (2019). Gestational diabetes. Medicine (United Kingdom). Elsevier. https://doi.org/10.1016/j.mpmed.2018.11.006.
4 Plows, J. F., Stanley, J. L., Baker, P. N., Reynolds, C. M. y Vickers, M. H. (2018). The pathophysiology of gestational diabetes mellitus. International Journal of Molecular Sciences. MDPI AG. https://doi.org/10.3390/ijms19113342.
5 Farrar, D. (2016). Hyperglycemia in pregnancy: Prevalence, impact, and management challenges. International Journal of Women’s Health, 8, 519-527. https://doi.org/10.2147/IJWH.S102117.
6 McIntyre, H. D., Catalano, P., Zhang, C., Desoye, G., Mathiesen, E. R. y Damm, P. (2019). Gestational diabetes mellitus. Nature Reviews Disease Primers. Nature Publishing Group. https://doi.org/10.1038/s41572-019-0098-8.
7 Cortez, R. V., Taddei, C. R., Sparvoli, L. G., Ângelo, A. G. S., Padilha, M., Mattar, R., y Daher, S. (2019). Microbiome and its relation to gestational diabetes. Endocrine, 64(2): 254-264. https://doi.org/10.1007/s12020-018-1813-z.
8 Taddei, C. R., Cortez, R. V., Mattar, R., Torloni, M. R. y Daher, S. (2018). Microbiome in normal and pathological pregnancies: A literature overview. American Journal of Reproductive Immunology, vol. 80, Blackwell Publishing. https://doi.org/10.1111/aji.12993.
9 Sirota, I., Zarek, S. M. y Segars, J. H. (2014). Potential influence of the microbiome on infertility and assisted reproductive technology. Seminars in Reproductive Medicine, 32(1): 35-42. https://doi.org/10.1055/s-0033-1361821.
10 Saraf, V. S., Sheikh, S. A., Ahmad, A., Gillevet, P. M., Bokhari, H. y Javed, S. (2021). Vaginal microbiome: normalcy vs. dysbiosis. Archives of Microbiology. Springer Science and Business Media Deutschland GmbH. https://doi.org/10.1007/s00203-021-02414-3.
11 Instituto Mexicano del Seguro Social. (2016). Diagnóstico y tratamiento de la diabetes en el embarazo (pregestacional y gestional): guía de práctica clínica. MSP. http://www.imss.gob.mx/sites/all/statics/guiasclinicas/320GER.pdf.
12 Zhang, X., Liao, Q., Wang, F. y Li, D. (2018). Association of gestational diabetes mellitus and abnormal vaginal flora with adverse pregnancy outcomes. Medicine (United States), 97(34). https://doi.org/10.1097/MD.0000000000011891.
13 Mutlu, E. A., Comba, I. Y., Cho, T., Engen, P. A., Yazıcı, C., Soberanes, S., Hamanaka, R. B., Niğdelioğlu, R., Meliton, A. Y., Ghio, A. J., Scott, G. R. y Mutlu, G. M. (2018). Inhalational exposure to particulate matter air pollution alters the composition of the gut microbiome. Environmental Pollution, 240, 817-830. https://doi.org/10.1016/j.envpol.2018.04.130.
14 Abdill, R. J., Adamowicz, E. M. y Blekhman, R. (2022). Public human microbiome data are dominated by highly developed countries. PLoS Biology, 20(2). https://doi.org/10.1371/journal.pbio.3001536.
15 Suzuki, S., Hoshi, S. ichi, Sekizawa, A., Sagara, Y., Tanaka, M., Kinoshita, K. y Kitamura, T. (2019). Current status of Neisseria gonorrhoeae cervicitis in pregnant women in Japan. PLoS ONE, 14(2). https://doi.org/10.1371/journal.pone.0211595.
16 Chilaka, V. N., Navti, O. B., Al Beloushi, M., Ahmed, B. y Konje, J. C. (2021). Human papillomavirus (HPV) in pregnancy. An update. European Journal of Obstetrics and Gynecology and Reproductive Biology, 264, 340-348. https://doi.org/10.1016/j.ejogrb.2021.07.053.
Autoras: Lisset Hernández Cosio, alumna de la maestría en ciencias, y Silvia Alejandra García Gasca, investigadora de la Coordinación Regional del CIAD en Mazatlán.