En el marco de los dieciséis días de acción con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se realizó la Mesa de Trabajo “El estrés en las mujeres sonorenses y el impacto en su calidad de vida”, en donde Rosario Román Pérez, académica del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), expuso los resultados de su investigación social.
El objetivo del evento fue también promover el diálogo entre personal directivo y operativo de instituciones que atienden a mujeres, teniendo como tema los factores asociados al estrés y su impacto en la calidad de vida de las mujeres. Se buscó con ello desarrollar propuestas de acciones de mejora en las políticas y programas que al respecto existen en el estado de Sonora.
El evento se organizó conjuntamente con el Instituto Sonorense de la Mujer y en el marco de la campaña “ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres”, convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a iniciativa de ONU-Mujeres; el lema para el presente año es “Pinta el mundo de naranja: Generación Igualdad se rebela contra la violación”.
El estudio que encabezó Román Pérez se realizó en una muestra de cuatrocientas mujeres de seis municipios: Cajeme, Guaymas, Hermosillo, Navojoa, Nogales y San Luis Río Colorado. Se aplicó un cuestionario sobre estrés percibido, depresión, ansiedad, violencia de pareja y calidad de vida. Entre los resultados destaca que la mayoría de las mujeres de esta muestra percibió su vida con un nivel medio de estrés y sin depresión y se siente preocupada, pero cómoda o a gusto con su vida, y una tercera parte reportó vivir violencia de pareja.
Entre las situaciones que preocupan a las mujeres se encuentran adicciones en alguna persona integrante de su familia, entorno de inseguridad pública, dificultades económicas, enfermedades y migración de la pareja por necesidades de trabajo.
Aunque la mayoría de la población participante se autopercibió sin problemas en los aspectos evaluados, la investigadora del CIAD recomienda en las acciones del Estado considerar esa tercera parte de las mujeres participantes que identificó como problemático algún aspecto de su vida. Para enfrentar de manera proactiva las vicisitudes de sus condiciones de desigualdad, se requiere impulsar acciones que fortalezcan la salud psicosocial de las mujeres y de esa manera promover su mayor bienestar, concluyó.