El ascenso global de China como un actor perfilado a convertirse en la primera potencia del siglo motivó a Diego Avilés Quintanar a investigar más sobre cuál es y será la relación del gigante asiático con la economía mexicana, específicamente con el sector agroalimentario.
Avilés Quintanar presentó esta semana su defensa de grado como doctor en desarrollo regional, con la tesis “Efectos de la expansión global de China en el sector agroalimentario en México”, bajo la dirección de Pablo Wong González, investigador y actual director general del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
Durante su presentación explicó que, si bien China es un país que exporta muchos productos, también importa una cantidad significativa de insumos para producir, lo que ha ocasionado que países de América Latina como Brasil, Argentina y Bolivia hayan sufrido un efecto de “reprimarización”, es decir, que sus sectores económicos primarios hayan crecido en las últimas tres décadas, lo cual puede ocasionar perjuicios medioambientales por la explotación de recursos naturales.
Subrayó que México no ha tenido tal efecto, por lo que su investigación se enfocó en describir cómo funciona la dinámica comercial en el sector agroalimentario con el país oriental.
En su trabajo retoma a autores que señalan que México se encuentra amenazado en el sector industrial por China, que cuenta con mejores capacidades para desplazar a nuestro país como proveedor de más del 90% de las manufacturas. Sin embargo, en el segmento agroalimentario, la república asiática se ve en desventaja, pues México le supera en más del 60% (calidad y precio) de los productos que ambos comercializan entre sí y proveen al mundo.
Esta es una oportunidad para México, indicó, pues hace décadas que se ha puntualizado la urgente necesidad de que nuestro país diversifique sus relaciones comerciales intercontinentales para dejar de tener una dependencia económica con Estados Unidos.
Por último, agregó que es necesario que el gobierno mexicano incentive la creación de cadenas productivas y comerciales, como las que existen con Norteamérica, para que la iniciativa privada pequeña, mediana y grande encuentre nuevos mercados donde colocar alimentos y bebidas mexicanos que cada vez gozan de mayor popularidad en la gastronomía oriental.