En México, debido a los cambios nutricionales de la población, en conjunto con un estilo de vida más sedentario, se ha abandonado la dieta tradicional y se ha observado un incremento en el consumo de productos procesados, los cuales son alimentos considerados “chatarra” por ser ricos en sal, carbohidratos simples, azúcares refinados, grasas saturadas y ácidos grasos trans.
Lo anterior ha provocado cuadros de malnutrición que conllevan tanto deficiencia como exceso de peso, enfermedades crónicas como diabetes y padecimientos cardiovasculares y problemas derivados de la carencia de micro y macro nutrientes: anemia, osteoporosis, etcétera.
Actualmente, a nivel mundial, uno de los mayores retos es proporcionar a los consumidores productos saludables listos para comer, ya que hay una creciente tendencia en preferir alimentos más nutritivos en lugar de dulces (altos en azúcares) y alimentos chatarra, lo que ha llevado a la industria a la búsqueda de nuevos tipos de productos.
Una alternativa saludable
Una alternativa de alimento saludable son las barras energéticas a base de cereales; desde el año 1999 a la fecha se han incrementado en el mercado, ya que son consideradas un producto nutritivo, práctico, fácil de preparar y, dependiendo de los ingredientes utilizados, pueden venderse a bajo costo.
Estos productos regularmente contienen ingredientes como cereales, nueces, frutas, edulcorantes y chocolate, por lo que pueden ser fuentes ricas en proteínas y fibra. Asimismo, con base en su composición, pueden ser bajos o altos en calorías, o enriquecerse con un elemento nutricional en particular.
En México, las barras de cereales han formado parte de programas de asistencia de alimentación de comedores escolares, tanto en desayunos como en colaciones, con el objetivo de incluir productos de grano entero con contenido nutricional de proteína y minerales.
Un alimento milenario
El amaranto (Amaranthus spp.) es uno de los cultivos más antiguos de Mesoamérica, constituyó el alimento básico de los aztecas, incas, mayas, pueblos recolectores y cazadores. Los primeros datos de esta planta datan de diez mil años atrás. Su papel en la dieta era tan importante como el maíz y el frijol.
La variedad mexicana tiene entre sus propiedades nutricionales un contenido de proteína de 16 a 18% y de fibra dietética de 8%, así como de minerales (en mg/100 g), como el calcio, de 130 a 285; hierro, de 7.2 a 17.4; magnesio, de 230 a 336, y zinc, de 3.6 a 4.0. Además, posee una cantidad de fenoles totales de 39.17 (mgEAG/100 g).
Los productos elaborados a base de semilla de amaranto gozan de una gran aceptación por la población mexicana, siendo el más popular el dulce típico conocido como “alegría”. Además, existen otros como cereal reventado, harina, mazapanes y granolas.
Debido a las características nutrimentales de esta semilla, en la Coordinación Regional Culiacán del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) se ha desarrollado una barra de amaranto combinado con nuez, semilla de calabaza y uva pasa.
Esta innovación ha logrado propiedades nutrimentales y nutraceúticas: 11.7% de proteína, 12.7% de grasa (de la cual el 5.2% corresponde a omegas-6), 6.1% de fibra dietética total (de la cual 2.5% corresponde a fibra soluble y 3.6% a fibra insoluble) y una mayor cantidad de hierro, zinc, potasio, calcio y magnesio que barras similares.
Otras de las características que la destacan frente a productos comerciales de naturaleza parecida son el contenido de fenoles y su capacidad antioxidante.
Esta barra de amaranto se desarrolló para un tema de tesis de la alumna Bianca Sarahí Franco Lares, de la licenciatura en Nutrición de la Universidad Autónoma de Sinaloa; sin embargo, la transferencia de tecnología del producto está a la venta para las empresas o personas que producen amaranto y deseen invertir en esta innovación.
Colaboración de Verónica Pérez Rubio, académica de la Coordinación Regional Culiacán del CIAD.