El tomate o jitomate es uno de los frutos con mayor producción a nivel mundial y se sitúa, junto con el maíz, trigo y frijol, como base de la alimentación en diversas culturas y sociedades. Actualmente México se posiciona dentro de los diez primeros lugares en la producción de este fruto a nivel mundial, con Sinaloa, Michoacán, Baja california, Hidalgo y Sonora como los estados con mayor producción por hectárea sembrada.
En el país, casi la mitad del área provista para el cultivo de tomate es por medio de agricultura protegida (invernadero), lo cual permite controlar parámetros ambientales con el propósito de elevar la productividad y el rendimiento del cultivo. Sin embargo, la presencia de enfermedades virales es sin duda la principal amenaza que enfrenta el cultivo de tomate, sin importar el tipo de agricultura (convencional, protegida, orgánica, etc.). Las opciones de combate son escasas, lo cual propicia que las pérdidas, en la mayoría de los casos, sean cuantiosas e impacten negativamente en la economía de este sector productivo, generando alza en el precio y escasez en el mercado.
Las enfermedades virales que atacan al cultivo de tomate son diversas; algunas requieren insectos para su dispersión o propagación, otras se trasmiten por contacto o trasmisión mecánica, además de que se han descrito decenas de virus que pueden infectar al tomate. Actualmente virus como el café rugoso del tomate (ToBRFV), el bronceado del tomate (TSWV) o el del enrollamiento amarillo del tomate (TYLCV), acaparan la atención por sus características de sintomatología severa.
Posteriormente al proceso de infección, los síntomas más comunes que presenta la planta son manchas amarillas, enrollamiento de las hojas, marchitamiento y, en casos extremos, presencia de rugosidad, pérdida de hojas y necrosis. Actualmente existe un rezago generalizado sobre el modo correcto de actuar por parte del personal que trabaja en este rubro, por lo que las campañas de concientización y buenas prácticas de producción son justificables.
Como parte de las acciones para enfrentar esta condición se han realizado esfuerzos para determinar enfermedades por virus en campo y se ha logrado llegar a las personas que se dedican a la producción de tomate de la región y fomentar buenas prácticas de producción en este sector. También se han brindado pláticas relacionadas con el cultivo de tomate a la población en general y sectores estudiantiles. Finalmente, se ha estimado la prevalencia del virus rugoso del tomate en el estado de Sonora y se han realizado servicios profesionales relacionados con la detección de patógenos.
Mario Sánchez Sánchez (al centro), investigador posdoctoral Conahcyt (2023-2024), durante una plática informativa sobre el virus rugoso del tomate con personal del área de invernaderos de una empacadora en Obregón, Sonora. Agosto de 2023
Referencias
Sánchez-Sánchez, M., Aispuro-Hernández, E., Quintana-Obregón, E. A. y Martinez-Téllez, M. (2023). The tomato brown rugose fruit virus is restricted to specific areas in Sonora, Mexico, a study of 2021-2022 season. Tropical and Subtropical Agroecosystems 26: 1-8
Sastry, K.S. (2013). Introduction of plant viruses and sub-viral agents, classification, assessment of loss, transmission and diagnosis. En Sastry, K.S., Plant virus and viroid diseases in the tropics. Springer, Nueva York, p. 361.
Souiri, A., Khataby, K., Kasmi, Y., Zemzami, M., Amzazi, S. y Ennaji, M. M. (2020). Emerging and reemerging viral diseases of Solanaceous crops and management strategies for detection and eradication. En Ennaji, M. M., Emerging and reemerging viral pathogens. Academic Press, Massachusetts, United States, p. 30.
Zhang, S., Griffiths, J. S., Marchand, G., Bernards, M. A. y Wang, A. (2022). Tomato brown rugose fruit virus: an emerging and rapidly spreading plant RNA virus that threatens tomato production worldwide. Molecular Plant Pathology, 23: 1262-1277.
Autores: Mario Sánchez-Sánchez, investigador de Estancias Posdoctorales por México, y Miguel Ángel Martínez Téllez, responsable del Laboratorio de Fisiología Vegetal.