El dilema de “salvar” o no una fruta o verdura
¿Has estado en el dilema de tomar una fruta o una verdura con una parte en aparente estado de descomposición y no saber si puedes consumirla o debes desecharla por completo? Bueno, ahora te daremos algunas recomendaciones para lograr una buena decisión.
Las causas por las que un fruto o una hortaliza puede reflejar señales de descomposición pueden tener distinto origen, como la exposición a altas o bajas temperaturas, golpes durante su manejo en almacén o por el ataque de un hongo, bacteria o parásito dañino.
Es común que, cuando eso sucede, motivados por el propósito de no desperdiciar alimentos, cortemos la parte afectada y comamos el resto. Aunque la mayoría de las veces esto no tiene mayor repercusión, la realidad es que ponemos en riesgo nuestra salud ante el peligro de ingerir algún microorganismo patógeno.
Citlali Colín Chávez, investigadora de Cátedras Conacyt comisionada en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), adscrita a la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal, explicó que, cuando cortamos la parte afectada de un alimento, aunque en apariencia hemos extirpado el problema, internamente puede haber migración de microorganismos que no pueden ser distinguidos por el gusto, vista u olfato.
En ese sentido, agregó que cuando más de un tercio del alimento refleja afectación, lo mejor es desecharlo por completo. Por el contrario, si solo un cuarto parece en mal estado, podemos cortar esa parte, desecharla y utilizar el resto, a menos que su aroma sea desagradable.
¿Cómo saber si la parte dañada es por un golpe o por una infección?
Colín Chávez explicó que los daños por altas o bajas temperaturas regularmente se manifiestan por presentar hendiduras acuosas o zonas blandas en la superficie, mientras que las afectaciones por golpes pueden notarse en magulladuras debidas a roces, comprensión o impacto, donde fácilmente se desarrollan hongos oportunistas.
Por otra parte, los ataques de microorganismos patógenos son evidentes cuando se observar secciones aterciopeladas en las superficies de la fruta u hortaliza de color blanco, gris o negro.
La investigadora en manejo poscosecha de frutas y hortalizas y empaques de alimentos añadió que, cuando el alimento en cuestión ha desprendido líquidos sobre el recipiente en el que está resguardado, es necesario limpiar y desinfectar dicha superficie, pues los microorganismos pueden propagarse hacia otros alimentos, especialmente cuando están demasiado cercanos.
Asimismo, puntualizó que en las hortalizas de hojas verdes como la lechuga, espinacas, quelites, etcétera, las infecciones patógenas son notorias cuando se observan síntomas de clorosis (pérdida del color verde), lesiones necróticas y pudriciones.
¿Podemos hacer composta con las partes dañadas?
La doctora comentó que utilizar las partes descompuestas de frutas o verduras para elaborar composta es una buena idea, ya que este desecho puede convertirse en abono para las plantas.