¿El frío ayuda a adelgazar?
Bajar de peso es, sin duda, un desafío para muchas personas, razón por la cual existe toda una industria dedicada a ofrecer soluciones fáciles y rápidas, pero, muchas veces, infructuosas. Asimismo, hay toda una colección de prácticas y creencias extrañas en torno a este tema; hoy abordaremos el mito de si es cierto que el frío ayuda a adelgazar.
Humberto Astiazarán García, investigador de la Coordinación de Nutrición del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), explicó que la creencia respecto a que el frío ayuda a bajar de peso radica en la hipótesis popular de que cuando una persona es expuesta a bajas temperaturas, acelera su metabolismo.
Aunque es verdad que existe un mecanismo metabólico llamado termogénesis adaptativa, que se refiere a la generación de calor por parte del cuerpo en respuesta a estímulos externos, y que se considera que fue fundamental durante la evolución humana para poder adaptarse a regiones más frías, no significa que esta sea una vía para bajar de peso, añadió el académico.
¿Podemos perder calorías con el solo hecho de pasar un poco de frío?
La evidencia científica nos dice que no; el ser humano acumula grasa principalmente en dos tipos de tejido: el tejido adiposo blanco y el tejido adiposo marrón (ambos constituyen el tejido adiposo). Ambos forman parte de una muy compleja red de reacciones bioquímicas en un delicado balance. En este, el tejido adiposo blanco funciona como sitio de almacenamiento de energía y producción de hormonas y citocinas (que son moléculas señales muy importantes y con múltiples funciones). Por su parte, el tejido adiposo marrón está diseñado para mantener la temperatura corporal, principalmente a través de producción de calor. Todo lo anterior regulado a través del sistema de señales del sistema nervioso central controlado desde el hipotálamo. Se ha demostrado que el cuerpo humano tiene un importante nivel de adaptación a las bajas temperaturas al aumentar la grasa marrón. Estos cambios se atenúan o revierten tras la exposición a temperaturas más cálidas.
¿Cuáles son los riesgos de exponerse al frío para acelerar el metabolismo?
Si bien es cierto que el cuerpo humano puede adaptarse hasta cierto punto a las bajas temperaturas, principalmente en el caso de deportistas extremos, no debemos dejar pasar por alto que, cuando la temperatura del cuerpo rebasa su capacidad de adaptación, el sistema nervioso, el corazón y otros órganos no pueden funcionar normalmente. Lo anterior puede provocar fallas orgánicas e, incluso, la muerte. Aun cuando la exposición a bajas temperaturas no sea extrema, se ha demostrado que los pacientes tratados con hipotermia están expuestos a riesgo de hiperglucemia como consecuencia de la desregulación metabólica provocada por un tratamiento con bajas temperaturas.
¿El cuerpo almacena más eficientemente las grasas en temporada de frío?
Astiazarán García, quien es miembro de la Academia Nacional de Medicina de México, señaló que la eficiencia para almacenar grasa en tiempo de frío es similar a la de verano. Sin embargo, una exposición prolongada al frío sí puede hacer que se desarrolle más tejido adiposo marrón que ayude al control de la temperatura corporal, y este no necesariamente impacta sobre el peso, ya que este es la suma de diferentes componentes del cuerpo: huesos, músculo, agua y tejido adiposo.
Agregó que normalmente todos los organismos, incluyendo al ser humano, si son expuestos a bajas temperaturas incrementan su ingesta de energía (comen en mayor cantidad) a fin de poder suministrar “combustible” y “reservas energéticas” al metabolismo para que pueda generar los cambios metabólicos que le permitan adaptarse a las nuevas condiciones. Sin embargo, este es un balance que, de forma equilibrada, puede regularse a través del apetito (hambre no “antojo”), haciéndolo de manera prudente y por medio de una dieta saludable.
Aunque, añadió, también se conoce que en este fenómeno interviene la menor exposición a la luz del sol (duración del día en invierno); esto último asociado con los ciclos de control circadiano celular que se relacionan con la exposición a la luz, la cual incide en una mayor producción de una hormona llamada melatonina, ligada al aletargamiento invernal y a la disminución del apetito.
Por último, puntualizó que los comportamientos sociales relacionados con las festividades decembrinas hacen que resulte más complejo relacionar la pérdida o ganancia de peso únicamente con componentes biológicos, ambientales o sociales y llamó a procurar mantener siempre una alimentación balanceada y realizar actividad física moderada diariamente, como caminar, de preferencia cambiando el ritmo, para tener un buen control del peso corporal.