El papel de las frutas y vegetales en la economía circular
Aprovechar al máximo los recursos es parte del lema de la economía circular. Algo similar a lo que haces en casa cuando elaboras compostas a partir de los residuos de frutas y hortalizas de un platillo o que ya no cumplían con la calidad para su consumo. Pero antes de exponer el uso de los residuos, específicamente de frutas y vegetales, respondamos a la pregunta: ¿qué son las pérdidas o desperdicio de alimentos?
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), una parte importante de las pérdidas de alimentos es “desperdicio”; es decir, son alimentos inicialmente destinados al consumo y que son desechados o utilizados de forma alternativa (no alimentaria), ya sea por elección o porque se hayan estropeado o caducado por un deficiente tratamiento de nuestra despensa.
Por esta razón, y para crear estrategias que reduzcan al máximo posible tales desperdicios, la FAO y Messe Düsseldorf lanzaron la Iniciativa Save Food en la feria internacional de la industria del envasado Interpack2011, que se celebró en Düsseldorf (Alemania). Ya en 2015 se afirmaba que no existen estimaciones precisas sobre el alcance de las pérdidas y los desperdicios de alimentos, sobre todo en los países en desarrollo, y que los desperdicios dependen en gran medida de las condiciones específicas y situación local de cada país o cultura. No obstante, es indudable que este sigue siendo inaceptablemente alto (FAO, 2015).
En estimaciones más recientes (FAO, 2021), las pérdidas y desperdicios al año a nivel global ascendieron al 45% de todas las frutas y verduras, 35% de todos los pescados y mariscos, 30% de todos los cereales, 20% de todos los productos lácteos y 20% de todos los productos cárnicos.
Los efectos de estos desperdicios y pérdidas se pueden observar en los números que presentó IFCO Systems (2023); 936 billones de dólares al año a nivel global. Como se puede apreciar, la gravedad va más allá de lo económico o del efecto invernadero, ya que imposibilitó a la población vulnerable de haber tenido acceso a esos alimentos de una manera directa o transformada. Con esta misma finalidad, la filosofía de la economía circular es innovar en el uso de los desechos, evitar la acumulación de residuos por cuestiones legales y reducir el impacto ambiental, así como la huella de carbono, el despilfarro de alimentos y su escasez.
En varias ramas de la investigación se han realizado esfuerzos importantes en ese sentido. Llevando a la economía circular a la práctica, las cáscaras de nuez pecanera, almendra, pistacho, argán, durazno, aguacate y albericoque y huesos de aceituna se utilizan como biomateriales (biocompuestos y polímeros). Estos se transforman en polvos de diferentes tamaños de partícula con potencial aplicación en paneles de suelo, techo, cubierta y pared, partes de automóviles, aviones y barcos (partes de superficie o internas), implantes médicos y dentales, bienes de consumo, embalajes y revestimientos, materiales de refuerzo y biofibras, equipo deportivo de alto rendimiento, muebles y ropa u objetos impresos en 3D (Biopowder, 2021). También la cáscara de nuez, como residuo de la agroindustria, se ha utilizado en la formulación de biocompuestos para mejorar las propiedades de materiales a la resistencia al fuego (Cabrera-Álvarez, 2021).
Actualmente los residuos de frutos como el coco son usados en múltiples aplicaciones, como la fibra, que se usa como sustrato para jardinería (brotación y enraizamiento). Sin embargo, se siguen generando residuos de fruta y hortalizas que en campo no cumplen con las características de cosecha, ya sea porque sufren daños durante el corte, durante un proceso dentro de las empacadoras o en el periodo de venta. Todo lo anterior, más lo que se desecha en un restaurante, en un comedor industrial o en el hogar, sigue sumando materia orgánica que debe reciclarse. Esta mantiene gran parte de sus componentes importantes, que generalmente son de alto valor tanto para la industria alimenticia, la farmacéutica y la cosmética.
Actualmente existen investigaciones locales que se enfocan en la búsqueda de nuevas formas de reutilizar el material vegetal regional que no cumple con los estándares de calidad para venta o que siguen siendo considerados residuos. En ese sentido, se realizan experimentos de transformación o de extracción de una o más sustancias con propiedades benéficas para la salud. Asimismo, se evalúan extractos como aditivos para potenciar el valor nutricio, ya sea como colorantes naturales, fungicidas o fungistáticos en las mismas frutas o plantas o como ingredientes de nuevos productos.
Entre algunos ejemplos de lo mencionado anteriormente se encuentra la extracción de aceites esenciales del té de limón y la cebolla como antibacterianos naturales para desinfectar frutas y verduras (Ayala-Zavala y col., 2013), compuestos fenólicos de la cáscara de mango como potencial coadyuvante en la prevención de diabetes (Preciado y col., 2024), valorización de los componentes del aguacate sobremaduro y no comercial (Mercado y col., 2023) o el uso de un equipo biotecnológico que utiliza residuos de alimentos para generar energía y otros productos aptos para cultivos agrícolas y jardinería (Betancourt-Lozano y col., 2021).
Con el fin de contribuir a cuidar la salud del planeta, es importante transitar del “desperdicio” hacia el “reuso” de los alimentos y sumarse a la búsqueda de alternativas innovadoras que cumplan no sólo con la parte económica, sino que redunden en el bienestar local y social.
Referencias
Ayala-Zavala y col. (2013). Avanza CIAD en la creación de aceites esenciales para desinfectar frutas y verduras. https://ww1.ciad.mx/avanza-ciad-en-la-creacion-de-aceites-esenciales-para-desinfectar-frutas-y-verduras/.
Betancourt-Lozano y col. (2021). El CIAD desarrolla tecnología sustentable para aprovechar residuos de alimentos. https://ww1.ciad.mx/el-ciad-desarrolla-tecnologia-sustentable-para-aprovechar-residuos-de-alimentos/.
BioPowder. (2021). Biomateriales innovadores. https://www.bio-powder.com/es/biomateriales-innovadores/
Cabrera-Álvarez, E. (2021). Biocompuestos a partir de cáscara de nuez pecanera. https://www.ciqa.mx/BiocompuestosPolimericos.aspx.
FAO (2015). Iniciativa mundial sobre la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos. https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/fa9de47c-58fa-4a04-9a44-d3e736a5bbd5/content.
FAO (2021). Save Food: Iniciativa mundial sobre la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos. https://www.fao.org/save-food/recursos/es/
IFCO Systems. 2023. Stopping food waste and food loss. https://www.ifco.com/stopping-food-waste-and-food-loss-with-ifco/.
Mercado, J. y col. (2023). Potencial aprovechamiento integral de la fruta sobremadura: aguacate Hass. Estudio en fase de escritura.
Autor: Jorge Mercado, Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal.