El potencial del mamey contra la obesidad y la diabetes
México cuenta con una alta prevalencia de obesidad. El 75.2% de adultos mayores de veinte años vive actualmente con algún tipo de sobrepeso, lo cual aumenta el riesgo de desarrollar distintas enfermedades, tales como hipertensión, hígado graso y diabetes mellitus tipo 2, entre otras.
Las terapias para tratar estas enfermedades suelen provocar efectos adversos y afectar la función de varios órganos vitales. Por este motivo, el interés por buscar alternativas ha aumentado y el uso de compuestos bioactivos naturales como tratamiento coadyuvante podría ser una opción para afrontar dicha problemática.
Los frutos tropicales y sus subproductos son considerados una fuente potencial de compuestos bioactivos. El mamey (Pouteria sapota L.), ha sido reconocido en las últimas décadas por sus propiedades benéficas para la salud atribuidas a dichos compuestos; sin embargo, los estudios científicos que demuestren sus propiedades antiobesogénicas y antidiabéticas son escasos.
Como parte de su preparación profesional, Ana Bertha Rascón Platt realizó una maestría en ciencias en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) bajo la tutela académica del doctor Gustavo González Aguilar, de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal, donde llevó a cabo una tesis de investigación con el fin de identificar los principales compuestos hidrofílicos en la cáscara y pulpa del fruto de mamey.
Durante el estudio, la joven investigadora cuantificó los compuestos fenólicos totales y carotenoides totales, además del efecto de los compuestos hidrofílicos y compuestos lipofílicos sobre la capacidad antioxidante, antiobesogénica y antidiabética de esta fruta, mediante un modelo in silico. En ese contexto, se identificó ácido gálico, ácido p-cumárico y ácido p-hidroxibenzóico en la cáscara y pulpa del fruto. La cáscara presentó la mayor concentración de compuestos fenólicos totales y carotenoides totales, en comparación con la pulpa, así como de capacidad antioxidante.
Estos resultados sugieren que la cáscara del fruto de mamey podría considerarse como una fuente valiosa de compuestos bioactivos, por lo cual podría aprovecharse como un subproducto que pudiera servir como ingrediente clave en la elaboración de alimentos funcionales.
Los compuestos lipofílicos sapotexantina y criptocapsina mostraron las interacciones más fuertes y estables contra enzimas como la lipasa pancréatica, la α-amilasa y α-glucosidasa, usando como referencia a los fármacos acarbosa y orlistat, utilizados en las terapias de la diabetes mellitus y obesidad, respectivamente. Asimismo, dichos compuestos lipofílicos pueden considerarse como coadyuvantes para controlar la glucemia postprandial y el peso corporal.
El equipo de investigación explicó que estos resultados son un avance muy importante en la ciencia, pero sus beneficios reales deberán ser soportados por estudios clínicos para asegurar que los beneficios de estos ingredientes funcionales a partir de subproductos presentan los beneficios encontrados en los estudios in vitro e in sílico.