Las administraciones estatales de nuestro país deberán elaborar su paquete de egresos del próximo año bajo una novedosa planeación del gasto público conocida comúnmente como Presupuesto Base Cero. Al respecto, en entrevista radiofónica, Luis Huesca Reynoso, profesor investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), explicó en qué consiste dicha modificación presupuestaria.
El experto en economía pública comentó que este es un tema nuevo para México, pero a nivel internacional, especialmente en los países nórdicos, el Presupuesto Base Cero se ha aplicado desde finales de los años 1960 y estas naciones han demostrado tener una alta eficiencia en recaudación, ejercicio del gasto público y en calidad de vida.
“Esta modalidad presupuestaria significa un borrón y cuenta nueva: lo que se hizo el año previo presupuestalmente, si bien sirve como un antecedente, no va a implicar la base para elaborar el presupuesto nuevo. La diferencia es que con el presupuesto tradicional no se examinan las formas de operar como una parte integral del ejercicio presupuestal, con sus costos y beneficios. En esta nueva forma de hacer las cosas, la idea es facilitar el análisis trimestre tras trimestre, año con año, y esto favorecerá la transparencia, así como la rendición y medición de los impactos del presupuesto”.
El investigador señaló que en este esquema se suprimen actividades de baja prioridad que no afectan los resultados esperados de desarrollo económico, y que es la parte relevante en lo expuesto en semanas previas por el economista y titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso.
Además, incluye una re-evaluación periódica de todos los programas, sin considerar las variaciones del ejercicio anterior. Por lo tanto, esto exige justificar detalladamente la totalidad de peticiones presupuestarias y fijar metas y objetivos para tomar decisiones, de acuerdo a la estructura programática.
¿Cómo afecta esto a Sonora?
Huesca Reynoso considera que esta transformación significa un área de oportunidad para la entidad sonorense, sobre todo en el contexto del relevo de la administración pública que asumirá la gobernadora electa, Claudia Pavlovich Arellano.
“En el caso de Sonora, un poco más de la mitad del presupuesto anual de egresos (48 mil millones de pesos) es de partidas federales; es decir, poco más del doble de lo que el estado genera (un 108%). Si los ajustes en los programas presupuestarios se focalizan, se espera que los resultados sean mejores, sobre todo los provenientes por la partida del Ramo 33 en Desarrollo e Infraestructura Social, en el que se observan aplicaciones con dispersión en este sexenio que concluye”, subrayó el investigador.
Por último, Huesca Reynoso añadió que en la actual administración estatal se crearon oficinas y áreas que han demandado más gasto público y con un reducido impacto en bienestar social. “Con el Presupuesto Base Cero, vendrá una redimensión en ese sentido, un aglutinamiento, volver a lo que existía en los gobiernos anteriores pero con una mejor monitorización, transparencia y seguimiento continuo de los impactos; no porque sea malo, sino porque así lo demanda este esquema”, concluyó el especialista.