Un grupo de investigadores del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), estudia el mecanismo molecular de una proteína sensora que utilizan para comunicarse entre sí las bacterias llamadas Bacillus thuringiensis, que se utilizan desde hace más de 50 años en el control biológico de plagas en la agricultura incluyendo a los cultivos orgánicos.
La Dra. Mayra de la Torre Martínez, colaboradora de la Coordinación de Ciencia de los Alimentos, explicó que las bacterias se comunican entre si y toman decisiones como población y a través de compuestos químicos pueden informar unas a otras que está pasando y en base a estas señales unos genes se expresan y otros se reprimen, es decir, “pueden cambiar constantemente lo que están produciendo y lo que están haciendo” para adpatarse a las condiciones ambientales cambiantes.
Por ello, con este proyecto de investigación básica, llamado “Activación y función del regulador transcripcional de quorum sensing NprR en Bacillus thuringiensis”, los científicos pretenden evitar que se activen los genes que no interesan o están causando problemas y lograr que se agilicen los que ofrecen mayores beneficios.
La idea central del estudio, que tendrá una duración de tres años, es incrementar la producción de las toxinas de esta bacteria que se utiliza para control biológico de plagas y brindar mayores beneficios de una forma natural a los cultivos.
La investigadora precisó que ella y los doctores María Islas Osuna , Rogerio Sotelo Mundo del CIAD y el Dr. Gabriel Guarneros Peña del Cinvestav, fueron el primer grupo en el mundo que empezó a trabajar experimentalmente con esta proteína sensora NprR “trabajamos en esta comunicación celular con una bacteria que se llama Bacillus thuringiensis de donde se clonaron los genes para construir las plantas transgénicas, el maíz BT, la soya BT, plantas que producen su propio insecticida y que son resistentes a insectos” señaló.
Explicó que el equipo actual de colaboradores conformado por la Dra. Luz Vázquez Moreno del CIAD y los doctores Gabriel Guarneros Peña del CINVESTAV y Adela Rodríguez del Instituto de Química de la UNAM, trabajan con la proteína sensora mencionada, que es la que recibe el mensaje y regula la expresión de los genes. En esta nueva etapa lo que se estudiará es cuál es su mecanismo molecular y cuáles son los genes que regula”.
Toda la información que se obtenga mencionó, servirá en el futuro para entender estos mecanismos y empezar a trabajar en hacerlos más efectivos o interrumpirlos. De la comunicación celular depende por ejemplo la formación de sarro en los dientes y en la virulencia de bacterias patógenas de humanos y de animales, concluyó.