Evalúan impacto ambiental de plaguicidas en el Valle del Yaqui
El pasado 17 de febrero se aprobó en México una reforma a la Ley General del Equilibrio Ecológico que prohíbe el uso en el campo de Plaguicidas Altamente Peligrosos, lo cual ha generado una expectativa de cumplimiento tanto en el sector productivo como en el académico.
Esta iniciativa legislativa es de gran importancia porque los plaguicidas utilizados para el control de plagas agrícolas y sanitarias se han asociado con efectos adversos a corto y largo plazo en la salud y el ambiente. Aunque en México existe poca información publicada sobre los patrones de uso de plaguicidas, se ha referenciado que están autorizados 183 ingredientes activos de plaguicidas considerados altamente peligrosos en los distintos usos (agrícola, doméstico, jardinería e industrial). De estos, una tercera parte tiene toxicidad aguda alta (según la Organización Mundial de la Salud), 43 están considerados como probables causantes de cáncer en humanos (según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos), 35 son considerados como perturbadores del sistema endocrino, 21 son tóxicos a la reproducción y 2 son mutagénicos.
El uso de estos compuestos se concentra principalmente en algunas regiones del país como Sonora, Sinaloa, Nayarit, Guerrero, Estado de México, Oaxaca y Chiapas, en donde se han reportado también las mayores intoxicaciones por plaguicidas en trabajadores agrícolas.
En México, los plaguicidas constituyen un problema de salud, ambiental, cultural, económico, político y social, por lo que, para mitigar el impacto de estos, es necesario una participación conjunta y articulada entre las comunidades afectadas, los sectores de organismos no gubernamentales, gubernamentales y la comunidad científica, que permita generar estrategias para disminuir los efectos de estos compuestos en la salud y el ambiente, haciendo eficientes y eficaces los recursos públicos en beneficio de la población y del ambiente.
En ese sentido, un equipo de investigación interinstitucional e interdisciplinario evaluó el patrón de uso de plaguicidas en el Valle del Yaqui, Sonora, y encontró que se utilizan un total de 270,000 kg de ingredientes activos, de los cuales, un 43% está clasificado como Plaguicidas Altamente Peligrosos. Algunos ejemplos son el glifosato, el cual es un probable carcinógeno; el mancozeb, también probable carcinógeno y perjudicial a la reproducción, y el dimetoato, altamente tóxico para las abejas. También se encuentran el paratión metílico, metomidofós y metomilo, los cuales ya están prohibidos en numerosos países e incluidos en diversos convenios internacionales.
Con el propósito de evaluar el impacto ambiental del uso de los plaguicidas, se iniciará un diagnóstico del uso de plaguicidas y sus efectos en la salud ambiental y humana en estas regiones afectadas, con la finalidad de promover soluciones estratégicas inter- y transdisciplinarias e intersectoriales para el mejoramiento y bienestar de las comunidades, basadas en herramientas de salud, ambiente, educación y políticas públicas. Los hallazgos preliminares del proyecto indican una alta presencia de plaguicidas heredados (como el DDE y DDT), además de la presencia de una gran cantidad de envases de plaguicidas en ríos y canales de todos los ecosistemas visitados.
El equipo está integrado por las investigadoras Jaqueline García Hernández, Beatriz Camarena Gómez, Ana Isabel Valenzuela Quintanar, Yael Yvette Bernal Hernández, Aurora Elizabeth Rojas, María Elena Moreno Godínez y sus respectivos equipos de investigación.