Un grupo de productores ganaderos de Álamos, Sonora, visitó el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) para conocer experiencias exitosas que les puedan permitir hacer más productivas y sustentables sus actividades económicas, con el fin de incrementar el bienestar social y natural de sus comunidades.
En la antesala de la reunión, la comitiva viajó en una misión tecnológica encabezada por el investigador del CIAD, Alfonso Gardea Béjar, al municipio de Suaqui Grande, donde visitaron un rancho y conocieron estrategias que permiten hacer un uso más eficiente del agua a través de una red de distribución impulsada por energía fotovoltaica, además de prácticas de pastoreo que promueven el crecimiento de los agostaderos, a la vez que reducen los costos operativos al productor.
Posteriormente se trasladaron a Pueblo de Álamos, Ures, Sonora, para dar testimonio de un proyecto del Laboratorio de Innovación Rural del CIAD, una unidad móvil de producción de quesos artesanales, la cual ha transformado la vida de la familia beneficiada, ya que, a partir de la asesoría, equipamiento y acompañamiento impulsado por el Centro, elaboran un queso inocuo y con indicadores de calidad superiores a marcas comerciales, lo cual ha incrementado el ingreso familiar a través de su comercialización.
Una vez en las instalaciones del CIAD, los invitados presenciaron diferentes exposiciones; entre estas, una técnica utilizada en un rancho de Caborca, Sonora, en donde, debido a la escasa precipitación anual, cuando hay lluvias se canaliza el agua de los arroyos a través de “bolsas” en el terreno, lo que permite que el vital líquido propicie el crecimiento de nueva vegetación en una zona amenazada por la desertificación del suelo.
Asimismo, conocieron acerca de la experiencia de un colectivo de micro y pequeños productores de becerros de Caborca, Sonora, quienes unieron esfuerzos para exportar los animales a Estados Unidos sin utilizar intermediarios, lo cual les ha representado ingresos superiores a nueve millones de dólares desde que iniciaron, contra un millón de dólares en gastos operativos que han tenido al compartir estos costos como un solo grupo.
El doctor Gardea Béjar destacó la importancia de que los productores que habitan dentro del polígono del Área de Protección de Flora y Fauna Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui conozcan estrategias sustentables que puedan impulsar sus negocios, pues al estar restringidos de realizar ciertas actividades que impactan negativamente el medioambiente, también deben conocer modelos innovadores de producción que puedan serles atractivos de implementar.
Por último, comentó que otras actividades de este proyecto (Mejora de la Convivencia entre la Ganadería y los Carnívoros Silvestres en la Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui), que ha sido financiado por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) serán el monitoreo del jaguar y el puma, así como la evaluación de la calidad del agua del río.