Factores de riesgo para el desarrollo de obesidad en preescolares
Muchas situaciones y costumbres cambian a través del tiempo, y nuestra manera de alimentarnos no es la excepción. En nuestro país ha aumentado el consumo de productos industrializados y ha disminuido el consumo de alimentos naturales.
Actualmente persiste la preferencia por alimentos ricos en calorías, los cuales eran escasos en el pasado, pero que en la actualidad son de bajo costo y de fácil acceso; sin embargo, estos alimentos suelen ser perjudiciales para la salud. En conjunto, este cambio en la alimentación ha provocado una “doble carga” en la malnutrición, donde, por una parte, tenemos el problema de la desnutrición y, por la otra, el serio problema del sobrepeso y la obesidad.
El sobrepeso y la obesidad son una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo que puede ser perjudicial para la salud. Se considera que el 44% de los casos de diabetes, el 23% de enfermedades del corazón y entre el 7 y 41% de los cánceres en adultos, se atribuyen precisamente a la obesidad. En los niños, estas enfermedades aparecen cada vez con mayor frecuencia y se asocian con una mayor probabilidad de muerte temprana y discapacidad en la edad adulta.
En el ámbito social, la obesidad suele afectar la autoestima y causa depresión en los niños(as) que la padecen, ya que suelen sufrir burlas, discriminación, victimización y pueden ser socialmente marginados. Esto, a su vez, afecta la capacidad de los menores de edad para relacionarse con los demás, lo que provoca el aislamiento social.
En un estudio realizado en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) se encontró que el bajo ingreso económico se asocia con la obesidad y los malos hábitos alimenticios; sin embargo, esta condición también se relaciona con una mayor actividad física en los niños y niñas y con más tiempo dedicado a la lactancia materna, lo que favorece a la salud infantil.
Entre los hallazgos también se identificó que la falta de conocimiento de los padres y madres en materia de nutrición, así como sus creencias y conductas, son un factor de riesgo para que los hijos(as) presenten obesidad, ya que no tienen las herramientas adecuadas para vigilar la correcta alimentación de sus descendientes. Además, pueden llegar a tener una percepción equivocada sobre el peso de sus pequeños, aunado a otros factores como la falta de tiempo, el estrés y el cansancio.
Es importante considerar que la mayoría de los factores de riesgo para que los niños y niñas padezcan obesidad son modificables; es decir, son cambiables y se pueden evitar.
Quienes son padres y madres deben procurar asegurar una buena alimentación para los menores de edad, brindar alimentación del pecho materno al menos por un año, realizar ejercicio físico mediante juegos y actividades divertidas, procurar el consumo frecuente de agua simple y disminuir las comidas fuera de casa.
Referencia
Sánchez, C. (2012). Factores de riesgo para el desarrollo de obesidad en preescolares que acuden a estancias infantiles de la Sedesol de Hermosillo, Sonora (tesis de maestría). CIAD.
Responsable del proyecto: Dra. María Isabel Ortega Vélez
Colaborador: M.C. Alma Delia Contreras Paniagua
Estudiante: Carolina Sánchez Morales
Colaboración de Abril Peña Meza, estudiante de la Maestría en Ciencias, y Graciela Caire Juvera y María del Socorro Saucedo Tamayo, investigadoras de la Coordinación de Nutrición del CIAD.