Las personas tenemos una estrecha relación con los animales, con las plantas y con el entorno que compartimos; eso nos lleva a reflexionar que la salud de todos también está interconectada; es decir, que es Una sola salud. Nuestros alimentos provienen de la tierra a través del cultivo de plantas y de la crianza de ganado, cuya producción, además de proveer de alimento, es fuente de empleo y subsistencia en muchas regiones del mundo, como zonas rurales, donde la producción a escala de autoconsumo, pequeña o mediana, es común. Son estas personas quienes aportan en gran medida la existencia de nuestros sistemas alimentarios.
La salud y el bienestar de los animales de producción como el ganado bovino, ovino, avícola, etc., es un tema muy importante, ya que garantiza la seguridad alimentaria y la prevención de enfermedades. Hay algunas enfermedades que se dan en este contexto de trabajo, de ahí que se conozcan como ocupacionales. De estas enfermedades, la leptospirosis, causada por bacterias del género Leptospira spp, afecta a 160 especies de mamíferos (domésticos y silvestres), aves, reptiles, anfibios, peces (Cilia et al, 2021) y personas, y es la zoonosis más importante desde el punto de vista de la salud pública y veterinaria con una alta incidencia en zonas rurales (Mahendra, 2021).
Estos entornos rurales de producción pecuaria, como las explotaciones ganaderas, pueden presentar condiciones que facilitan contactos estrechos entre especies domésticas, silvestres y personas, así como condiciones ambientales particulares que permiten la persistencia de la Leptospira.Aunque en buena parte de los casos la leptospirosis es asintomática, puede ser una enfermedad muy grave en personas y en animales como el ganado bovino, donde genera grandes pérdidas económicas, disminución en la producción de leche, infertilidad, abortos y nacimiento de animales débiles.
La leptospirosis se asocia con factores de riesgo relacionados con la higiene, la interacción con animales y también con factores ambientales. Por ello es una problemática importante para atender desde el enfoque de Una Sola Salud. La principal forma de transmisión de la bacteria es por medio de las membranas mucosas oral, nasal, conjuntival y lesiones cutáneas o indirectamente por contacto con ambientes contaminados, como el agua, suelos o alimentos.
Esta enfermedad suele ser confundida con otras afecciones febriles como el dengue debido a sus signos clínicos comunes, por lo que es necesario su estricto diagnóstico por laboratorio, siendo la técnica serológica de microaglutinación (MAT, por sus siglas en inglés) la prueba diagnóstica más utilizada para ello (OIE, 2018; Indre, 2018; SSA, 2012).
Esta técnica detecta anticuerpos anti-Leptospira y esreconocida como el “estándar de oro” debido a su especificidad para identificar casos positivos, aunque también existen pruebas moleculares. En zonas rurales resulta difícil la ejecución de este tipo de diagnósticos debido a que los recursos y herramientas son menores en comparación con zonas urbanas. Esto provoca que exista poco o nulo control de la enfermedad en una zona determinada y se desconozca su situación epidemiológica.
En México se ha descrito la presencia de Leptospira spp. en bovinos y en personas de distintas regiones ecológicas (Luna et al, 2005; Sánchez-Montes et al, 2015) y existen variaciones de acuerdo con el clima, asociándose las mayores seroprevalencias a climas tropicales con altas precipitaciones. Sin embargo, en zonas semiáridas también se ha documentado su presencia, aunque de forma general la información de la situación epidemiológica en bovinos en diferentes partes del país es escasa. En Sonora existe información sobre los serovares circulantes a partir de estudios realizados en diferentes especies, pero sin abordarlo de forma integrada (personas y animales). En ese contexto, el objetivo de un estudio realizado localmente fue determinar la seroprevalencia de Leptospira spp., así como los factores de riesgo o protectores asociados a su transmisión en bovinos y trabajadores(as) en explotaciones ganaderas de diferentes regiones de Sonora. El grupo de trabajo estuvo integrado por especialistas en ciencias veterinarias, epidemiología, salud humana y biología.
Entre los hallazgos se encontró una seroprevalencia general de 25% y 41% de Leptospira spp. en bovinos y personas, respectivamente, en explotaciones ganaderas de Sonora. Además, se identificaron los determinantes de riesgo y preventivos de la seropositividad a Leptospira spp.; es decir, aquellos que demuestran una mayor o menor probabilidad de que la bacteria se presente dentro de la interfase personas-animales-ambiente en las explotaciones evaluadas. Asimismo, se encontró la existencia de la circulación de serovares de Leptospira spp. compartidos entre trabajadores, bovinos y caninos, en donde, en su mayoría, las personas y bovinos compartían más frecuentemente los mismos serovares debido a la existencia de un contacto más estrecho.
Dentro de los determinantes de riesgo se encontró a la convivencia con animales domésticos, tales como caballos, aves, cabras, borregos y gatos; la convivencia con especies seropositivas a Leptospira y con signos característicos de la enfermedad (abortos), y la cercanía a cuerpos de agua y factores zootécnicos del manejo del hato. Entre los determinantes preventivos o protectores a la presencia de Leptospira spp. se encontró que los bovinos a los que se les realizaron corridas (es decir, jornadas preventivas de baño, desparasitación y vacunación) tuvieron una menor probabilidad de presentar la bacteria, identificándose también como un factor preventivo para los trabajadores de las explotaciones evaluadas.
- Los factores de tipo zootécnico correspondientes a prácticas pecuarias realizadas por los trabajadores dentro de las explotaciones ganaderas son de tipo prevenibles o modificables, por lo que cambios en estos podrían impactar positivamente las condiciones de salud del hato y de las personas. Además, pudieran influir también en reducir otras enfermedades zoonóticas infecciosas.
- Las contribuciones de este estudio pudieran servir de base para el diseño de estrategias integrales de intervención y control de la enfermedad, bajo el enfoque de Una Sola Salud, que promuevan un equilibrio y un solo bienestar en estos sistemas de producción.
Referencias
Mahendra, P., Mati, R. B, y Wakuma, M. B. (2021). Leptospirosis and one health perspective. American journal of public health research, 9(4): 180-183. doi: 10.12691/ajphr-9-4-9.
Cilia, G., Bertelloni, F., Albini, S. y Fratini, F. (2021). Insight into the epidemiology of leptospirosis: a review of leptospira isolations from “unconventional” hosts. Animals, 11:191
OIE. Organización Mundial de Sanidad Animal (2018). Manual terrestre de la OIE 2018, capítulo 3.1.12., leptospirosis. https://www.woah.org/fileadmin/Home/esp/Health_standards/tahm/3.01.12_Leptospirosis.pdf
Indre. Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (2018). Lineamientos para la vigilancia por laboratorio de la leptospirosis. Subsecretaria de prevención y promoción de la salud. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/487559/LVL_Leptospira_4T.pdf.
SSA. Secretaría de Salud (2012). Manual de procedimientos estandarizados para la vigilancia epidemiológica de la leptospirosis. Dirección General de Epidemiologia. https://epidemiologia.salud.gob.mx/gobmx/salud/documentos/manuales/14_manual_leptospirosis.pdf.
Luna, A., Moles, L., Gavaldón, D., Nava, C., Salazar, F. (2005). Estudio retrospectivo de seroprevalencia de leptospirosis bovina en México considerando las regiones ecológicas. Revista Cubana de Medicina Tropical, 57(1): 28-31.
Sánchez-Montes, S., Espinosa-Martínez, D. V., Ríos-Muñoz, C. A., Berzunza-Cruz, M. y Becker, I. (2015). Leptospirosis in Mexico: epidemiology and potential distribution of human cases. Plosone, 10: e0133720.
Autoras: Nadia Berenice Castillo Martínez, egresada de la maestría en ciencias; Maricela Montalvo Corral, investigadora titular (Unidad de Investigación en Una Sola Salud), y María Guadalupe López Robles, investigadora del Departamento de Agricultura y Ganadería de la Universidad de Sonora.