Factores psicosociales y prevención de siniestros de tránsito
La ocurrencia de siniestros de tránsito en jóvenes conductores de entre 15 y 29 años se encuentra en aumento en Hermosillo, Sonora. Un estudio del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) ha tratado de explicar la relación de los factores psicosociales de dicha población, a fin de generar conocimientos de contribuya a la predicción de siniestros viales en este municipio.
Como parte de su formación académica como maestra en Desarrollo Regional en el CIAD, Elsa Guadalupe Figueroa Miranda, bajo la dirección académica del profesor Jesús Laborín Álvarez, estudió factores como las creencias de autoeficacia, actitudes, motivación y percepción de riesgo en el comportamiento vial de jóvenes que conducen frecuentemente.
El estudio parte de la hipótesis de que manejar un automóvil en la capital sonorense es de fácil acceso para las y los jóvenes, ya que, pragmáticamente, es posible hacerlo solo con conocimiento práctico, sin conocimientos de leyes o reglamentos. Asimismo, es posible conducir sin contar con un dominio pleno de las técnicas de manejo, situación que propicia que no cuenten con las herramientas necesarias para evaluar el riesgo oportunamente, lo cual los puede llevar a una mayor propensión de sufrir un siniestro.
En el proyecto participaron una academia de manejo y 351 jóvenes de universidades (179 mujeres y 172 hombres) con una media de edad de 22 años, cuyas respuestas reflejaron que las creencias de autoeficacia son las más significativas en la propensión a sufrir un siniestro; es decir, la capacidad que como conductores creen poseer al conducir y su confianza en dichas habilidades.
Entre los hallazgos de Figueroa Miranda destaca el indicio de que, al parecer,
las personas que ya han sufrido un siniestro vial tienen mayor percepción de riesgo a que se repita un evento de esta naturaleza, en comparación de quienes no han sufrido uno. Paralelamente, dicho segmento mide con mayor cautela sus motivaciones y sus creencias de autoeficacia.
Dentro del estudio se encontró que no hay muchas diferencias en la forma de conducir entre hombres y mujeres y que estas solo se presentan en cuestión de percepción de riesgo y probabilidad de que ocurra un siniestro vial, lo cual quiere decir que las mujeres miden más la posibilidad de que ocurra un siniestro en comparación de los hombres.
Por último, la joven investigadora explicó que una de las principales contribuciones de este estudio es tomar conciencia de que debemos sustituir el término “accidente” por el concepto “siniestro”, pues un siniestro es algo que se puede evitar y un accidente no; en este caso, teniendo en cuenta nuestros conocimientos y desempeñando una conducta vial apropiada que valorice la presencia de percepción de riesgo, podemos tener una conducta más adecuada que evite percances automovilísticos.