¡Hagamos que la lactancia materna y el trabajo funcionen!
Ella, una joven trabajadora de una planta maquiladora se siente pletórica, llena de orgullo. Él, su pequeño que está por cumplir sus primeros seis meses de vida, no se le ha enfermado ni una vez, y el médico dice que su desarrollo es el adecuado. No fue fácil alcanzar esa meta, había días difíciles, y no sólo los primeros quince postparto, en que casi abandonaba el intento por las dificultades que conlleva amamantar mientras se trabaja en una planta sin las condiciones adecuadas para extraerse la leche y conservarla… ¡Pero logró la madre alimentar muy bien al niño con únicamente su leche durante todos esos meses!
Esta Semana Mundial de la Lactancia Materna 2023 (#SMLM2023), que se celebra del 1 al 7 de agosto, lleva por lema “¡Hagamos que la lactancia materna y el trabajo funcionen!”, y busca promover esfuerzos para atender con eficiencia el amamantamiento sin dejar de trabajar fuera de casa. En ese sentido, los objetivos de la #SMLM2023 son cuatro: primero, informar a las personas sobre la lactancia y la crianza de padres y madres que trabajan; segundo, asegurar el permiso y el apoyo en el trabajo para facilitar la lactancia materna; tercero, involucrar a personas y organizaciones para apoyar la lactancia materna en el trabajo, y cuarto, estimular medidas para mejorar condiciones de trabajo que apoyen la lactancia materna.
¿Por qué el lema dice “hagamos”? Porque son muchas las instancias y personas que deben involucrarse para que funcione el amamantamiento cuando la madre trabaja fuera de casa. Es decir, deben involucrarse las y los responsables de las políticas públicas al respecto, deben también comprometerse las y los empleadores para hacer que funcione la combinación y, no menos importante, deben colaborar las personas que acompañan a la madre en el trabajo.
Antes que nada, debe funcionar la lactancia al pecho, lo que no es tan fácil. Hay instituciones y personas corresponsables de tal acción. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, es más fácil amamantar si la madre empieza a recibir información antes de que nazca su bebé. Esto se ha comprobado en madres de Hermosillo, Sonora, tal y como ha sido publicado anteriormente por el grupo de investigación en lactancia de la Coordinación de Nutrición del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), a través de la entrega de infografías en tarjetones durante el embarazo y en la descarga del hospital, esta estrategia fue efectiva. Asimismo, el amamantamiento se facilita si el niño(a) permanece junto a la madre después de nacer y, desde luego, si cuenta con el apoyo de su red familiar y de amistades.
Existe evidencia de que en la capital sonorense el papel de las organizaciones no gubernamentales de apoyo al amamantamiento tiene muchísimo peso para sostener la intención de amamantar.
¿Por qué amamantar? La respuesta más sencilla: por amor. La interacción piel con piel durante el amamantamiento reconforta al recién nacido y le ayuda a su neurodesarrollo. El lactante alimentado únicamente con la leche de la madre fortalece su sistema inmunitario, lo cual se traduce en menos enfermedades, como infecciones respiratorias, gastrointestinales y del oído, en comparación con los niños(as) alimentados con fórmulas infantiles. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la leche materna es el alimento primordial durante los primeros seis meses de vida para alcanzar un crecimiento adecuado y un buen estado de salud. Sus efectos no sólo mantienen la salud del bebé durante la lactancia, sino que actualmente se conoce que el amamantamiento es un factor muy importante que define la salud a largo plazo.
En un mundo que enfrenta el problema de sobrepeso y obesidad, además de buscar cómo disminuir esos desórdenes en las y los niños, jóvenes y adultos, se debe promover la lactancia al pecho. Los lactantes con crecimiento acelerado en su primer año de vida tienen alto riesgo de padecer sobrepeso u obesidad, hipertensión y otras enfermedades crónicas en su vida futura.
Actualmente en el CIAD está en desarrollo un estudio sobre lactancia en Hermosillo, Sonora, en el que se analiza la velocidad de crecimiento de los niños amamantados en comparación con la de los niños alimentados predominantemente con fórmula durante sus primeros seis meses de vida. Los primeros hallazgos señalan que, a los 12 meses de edad, sólo el 16% de las y los niños alimentados exclusivamente al pecho presentaron crecimiento acelerado, mientras que la fórmula provocó aceleración del crecimiento en el 66% de las y los niños.
El mensaje es claro: la leche materna es indispensable para la salud del lactante, pero no se debe impedir a las madres que trabajen fuera de casa para que se dediquen a alimentar al pecho a sus hijos. Mucho menos se les puede decir que no amamanten para que sigan trabajando. Hay que “meter el hombro” para que el tema de esta Semana Mundial de la Lactancia Materna sea una realidad, ¡hagamos que funcione!
Colaboración del grupo de investigación en lactancia del CIAD (Coordinación de Nutrición): Alejandra Argüelles López, Alejandro Trujillo Rivera, Carolina Vázquez Gastélum, Sandra V. Aguayo Patrón, Adriana V. Bolaños Villar y Ana M. Calderón de la Barca.