Hongos alucinógenos: usos terapéuticos y riesgos asociados a su consumo
Descargo de responsabilidad: la información que a continuación se comparte bajo ninguna circunstancia representa una recomendación que incentive la ingesta de los hongos a los que se hace alusión, ya que su consumo es ilegal. No obstante, actualmente su comercialización clandestina es una realidad, principalmente en las redes sociales y entre las y los jóvenes (y no tan jóvenes), por lo que el autor de este artículo considera que la sociedad debe contar con mayor conocimiento científico al respecto.
El hongo Psilocybe, también conocido en México como “pajarito”, “San Isidro”, “derrumbes” o, de manera general, como “hongo mágico” u “hongo de los dioses”, ha sido utilizado durante siglos por diversas culturas en rituales y ceremonias sagradas. Sin embargo, en las últimas décadas, su consumo ha ganado interés en el campo de la psicoterapia debido a sus posibles aplicaciones terapéuticas.
Sus propiedades alucinógenas se deben a que contiene compuestos psicoactivos, principalmente psilocibina y psilocina, que son responsables de sus efectos psicodélicos. La mayoría de las especies que contienen esta sustancia pertenecen al género Psilocybe, y aunque hay otros grupos que también contienen psilocibina, este es el más representativo y de donde toma su nombre.
¿Cómo funciona?
Cuando se consume el hongo Psilocybe los compuestos psicoactivos son metabolizados por el cuerpo y actúan sobre los receptores de serotonina en el cerebro. La psilocibina se convierte en psilocina durante el proceso de metabolismo, y es la psilocina la que interactúa con los receptores de serotonina.
La serotonina es un neurotransmisor que desempeña un papel importante en la regulación del estado de ánimo, la percepción, el sueño y otras funciones cognitivas. La interacción de la psilocina con los receptores de serotonina, especialmente los receptores 5-HT2A, produce efectos psicodélicos. Esto sucede porque su activación conduce a cambios en la comunicación neuronal y debido a la liberación de neurotransmisores adicionales, tales como la dopamina y la noradrenalina. Dichos cambios en la actividad cerebral resultan en los efectos característicos de la psilocibina, que incluyen alteraciones en la percepción sensorial (visual y auditiva), cambios en el bienestar emocional, experiencias introspectivas y espirituales, ampliación de la conciencia y sensaciones de euforia y conexión con el entorno.
A partir de la década de los noventa, investigadores como Roland Griffiths, de la Universidad Johns Hopkins, y Charles Grob, de la Universidad de California, realizaron estudios pioneros para examinar los efectos y las posibles aplicaciones terapéuticas de los hongos psilocibios. En ese sentido, varios estudios han demostrado que la psilocibina puede tener efectos positivos en el tratamiento de trastornos de ansiedad y depresión, trastorno por estrés postraumático, cambiar patrones de pensamiento y comportamiento asociados con adicciones, además de que puede tener efectos positivos en el bienestar psicológico general respecto a sensaciones de creatividad, conexión interpersonal y satisfacción con la vida.
Riesgos asociados con el consumo
A pesar de los hallazgos positivos que diferentes análisis han obtenido a través de estudios clínicos, la regulación de estos hongos es todavía un tema incipiente y son muy pocos los lugares del mundo donde la legislación se ha abierto a la investigación científica.
No obstante, es importante señalar que su consumo puede desencadenar efectos adversos, especialmente en personas sensibles o en dosis incorrectas para la persona en cuestión. Algunos de los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, vómitos, ansiedad, confusión, alteraciones del estado de ánimo y percepción y aumento de la frecuencia cardíaca. Estos efectos pueden ser intensos y desorientadores, especialmente para aquellos que no están preparados o que no tienen una guía adecuada, por lo que de ninguna manera es aconsejable su ingesta si no se cuenta con la asesoría de una persona con amplia experiencia en medicina tradicional o capacitada en este tipo de terapias.
Recientemente ha cobrado popularidad la “microdosificación”, la cual refiere a la práctica de consumir dosis muy pequeñas de hongos psilocibios, con el objetivo de experimentar efectos sutiles y beneficios potenciales en el estado de ánimo, la creatividad y el enfoque mental. No obstante, aún está en una etapa de investigación y no existe un consenso científico completo sobre sus efectos y beneficios, por lo que se necesitan más estudios rigurosos para comprender completamente los riesgos y beneficios potenciales de esta. Sin embargo, los resultados son alentadores, ya que los tratamientos con psilocibina parecen ser tan efectivos como los tradicionales con medicamentos convencionales, actuando más rápidamente, con dosis pequeñas y menores efectos secundarios, con un perfil de seguridad tranquilizador cuando es administrada por profesionales.
Por último, es fundamental tener en cuenta la legalidad de las sustancias psicodélicas en tu país o región específica, ya que la posesión y el consumo de estas sustancias pueden estar sujetos a leyes y regulaciones estrictas. Siempre es recomendable buscar información, orientación y apoyo adecuados antes de considerar cualquier tipo de medicina alternativa.
Colaboración de Aldo Gutiérrez Saldaña, académico de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Vegetal del CIAD.