Importancia de antioxidantes de los alimentos en la prevención del cáncer (parte I)
El cáncer se define como un grupo de enfermedades que puede empezar en casi cualquier órgano o tejido del cuerpo cuando las células crecen de una manera anormal e incontrolable, para después migrar más allá de sus límites y esparcirse a otros órganos, lo cual se conoce normalmente como metástasis, la principal causa de muerte por cáncer.
Este padecimiento es la segunda enfermedad que más muertes causa a nivel mundial, con un estimado de 9.6 millones de fallecimientos en 2018. Entre los tipos de cáncer más comunes en hombres se encuentran el de pulmón, próstata, colorectal, estómago e hígado, mientras que en mujeres son el de seno, colorectal, pulmón, cervical y tiroideo.
Además del sufrimiento físico que causa esta enfermedad en el individuo, también conlleva un pesar emocional y financiero sobre los pacientes, sus familiares y los sistemas de salud (Globocan, 2014; World Health Organization, 2018).
Existen diversas estrategias que podemos seguir para disminuir la incidencia de cáncer. La mayoría tienen que ver con nuestro estilo de vida y alimentación. Entre los factores para prevenir el cáncer se encuentran:
- Evitar el uso de tabaco
- Mantener un peso saludable
- Ejercitarse regularmente
- Limitar el uso de alcohol
- Consumir una dieta rica en frutas y vegetales
En este último punto, el consumo diario de frutas y vegetales se ha asociado, en diversos estudios, con la disminución de la incidencia de diferentes tipos de cáncer. Entre los compuestos con potencial anticancerígeno en frutas y vegetales se encuentran los polifenoles, los carotenoides y la fibra dietética. Cada uno de estos compuestos ejerce su efecto protector en diferentes formas, ya sea mediante su acción antioxidante o interactuando con moléculas señalizadoras relacionadas con el desarrollo de células cancerígenas (Godic, Poljsak, Adamic y Dahmane, 2014; Goodman, Bostick, Kucuk y Jones, 2011; Gupta et al., 2014; Lambert y Elias, 2010; Marengo et al., 2016; Saeidnia y Abdollahi, 2013).
Por ejemplo, diversos estudios demuestran que el consumo de resveratrol, el cual se encuentra en uvas (pero no en vino), y de epigalocatequina galato, que se encuentra en infusiones como el té verde y el té oolong, pueden prevenir el cáncer de seno (Mocanu, Nagy y Szollosi, 2015).
Asimismo, la quercetina, un flavonoide con potente capacidad antioxidante, se ha relacionado con la prevención de diferentes tipos de cáncer como el colorectal, induciendo a la muerte de las células malignas a través de diversos y complejos mecanismos.
Otros compuestos que se han relacionado con la prevención de cáncer son las antocianinas, el ácido gálico, el ácido rosmarínico y la curcumina, entre otros.
La asociación entre el consumo de ciertos alimentos ricos en los compuestos anteriormente mencionados y la prevención de algunos tipos de cáncer se describirá en las siguientes secciones de esta serie de notas que acabamos de iniciar. Asimismo, es importante mencionar que adquirir un estilo de vida saludable, ejercitarse al menos treinta minutos cada día, consumir frutas y verduras, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, aunado a la realización de estudios frecuentes de salud para la detección temprana, puede prevenir y salvar vidas.
Por otro lado, es importante mencionar que en el Laboratorio de Alimentos Funcionales y Nutracéuticos de la Coordinación Regional Culiacán del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) se trabaja en la búsqueda de compuestos de diferentes alimentos y plantas con potencial antioxidante y anticancerígeno. Esto, con la finalidad de contribuir a la generación de conocimiento para incidencia social a través del impacto en la salud de las y los mexicanos.
Referencias
- Globocan, W. (2014). Population Fact Sheet. Retrieved from http://globocan.iarc.fr/Pages/fact_sheets_population.aspx.
- Godic, A., Poljsak, B., Adamic, M. y Dahmane, R. (2014). The Role of Antioxidants in Skin Cancer Prevention and Treatment. Oxidative Medicine and Cellular Longevity 6. doi:10.1155/2014/860479.
- Goodman, M., Bostick, R. M., Kucuk, O. y Jones, D. P. (2011). Clinical trials of antioxidants as cancer prevention agents: Past, present, and future. Free Radical Biology and Medicine 51(5), 1068-1084. doi:10.1016/j.freeradbiomed.2011.05.018.
- Gupta, R. K., Patel, A. K., Shah, N., Choudhary, A. K., Jha, U. K., Yadav, U. C., Pakuwal, U. (2014). Oxidative Stress and Antioxidants in Disease and Cancer: Asian Pacific Journal of Cancer Prevention 15(11), 4405-4409. doi:10.7314/apjcp.2014.15.11.4405.
- Lambert, J. D. y Elias, R. J. (2010). The antioxidant and pro-oxidant activities of green tea polyphenols: A role in cancer prevention. Archives of Biochemistry and Biophysics 501(1), 65-72. doi:10.1016/j.abb.2010.06.013.
- Marengo, B., Nitti, M., Furfaro, A. L., Colla, R., De Ciucis, C., Marinari, U. M. y Domenicotti, C. (2016). Redox Homeostasis and Cellular Antioxidant Systems: Crucial Players in Cancer Growth and Therapy. Oxidative Medicine and Cellular Longevity 16. doi:10.1155/2016/6235641.
- Mocanu, M. M., Nagy, P. y Szollosi, J. (2015). Chemoprevention of Breast Cancer by Dietary Polyphenols. Molecules 20(12), 22578-22620. doi:10.3390/molecules201219864.
- Saeidnia, S. y Abdollahi, M. (2013). Antioxidants: Friends or foe in prevention or treatment of cancer: The debate of the century. Toxicology and Applied Pharmacology 271(1), 49-63. doi:10.1016/j.taap.2013.05.004.
- World Health Organization. (2018). Global Health Observatory Data. Retrieved from http://www.who.int/gho/en/.
Colaboración de Erick Paul Gutiérrez-Grijalva, investigador de Cátedras Conacyt comisionado al CIAD en Culiacán, y José Basilio Heredia, investigador titular de la Coordinación Regional del CIAD en Culiacán.