Influenza aviar H5N1: ¿a qué nos enfrentamos?
Los virus influenza comprenden un amplio grupo de virus que afectan a diferentes especies animales, incluyendo el hombre, las aves y otros mamíferos. Existen cuatro tipos de influenza, el A, B, C y D. El virus influenza aviar se encuentra dentro del tipo A. Los virus influenza que tienen un origen aviar se clasifican de acuerdo con la combinación de dos proteínas que se encuentran en la superficie del virus: la hemaglutinina o proteína H y la neuraminidasa o proteína N. Existen 16 tipos de proteína H (1-16) y nueve del tipo N (1-9).
En la naturaleza se pueden encontrar muchas combinaciones de H y N. Cada combinación se considera un subtipo, y a los virus con algunas variaciones dentro de un subtipo se les conoce como linaje. Otra característica importante de los virus influenza aviar que debemos tener presente es su clasificación de “baja patogenicidad” o “alta patogenicidad”, de acuerdo con ciertas características genéticas y a la severidad de la enfermedad que causan en la avicultura. El virus influenza aviar H5N1 es considerado de “alta patogenicidad” por la severidad de la enfermedad que ocasiona.
El virus influenza aviar H5N1 se identificó por primera ocasión en China en una granja de gansos en el año 1996, pero fue en 2021 cuando inició la presencia de numerosos brotes de influenza aviar en diferentes regiones del mundo, incluyendo México. Estos brotes han causado un impacto significativo en la salud y bienestar animal y han puesto en riesgo la seguridad alimentaria y subsistencia de quienes dependen de la avicultura.
En México, el primer reporte de influenza aviar H5N1 fue en octubre del 2022, y hasta principios de enero del 2023 el virus H5N1 ha afectado alrededor de 5.5 millones de aves en 23 granjas avícolas de los estados de Yucatán, Sonora, Nuevo León y Jalisco. Estos números representan el 0.26 por ciento del inventario nacional. Para hacer frente a este problema, la secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural emprendieron una serie de medidas de control y hoy en día no existen brotes de este virus en México.
Recordemos que este microorganismo afecta principalmente aves de corral y aves silvestres, y ocasionalmente puede infectar a mamíferos, incluyendo al ser humano. En este sentido, en los últimos meses se ha observado un número creciente de casos de influenza aviar H5N1 en mamíferos terrestres y acuáticos. Esta situación ha despertado una preocupación en la comunidad internacional por la amenaza que este patógeno representa para la salud de los animales domésticos y silvestres y, potencialmente, para la salud pública.
Las características del virus de la gripe aviar H5N1 lo han puesto en la mira por el riesgo que representa al adaptarse a los mamíferos, es decir, que se pueda replicar con facilidad y transmitirse a otros animales, incluyendo el ser humano. Recientemente, este agente provocó un brote en una granja de visones en Europa, y la preocupación principal fue la infección de un gran número de animales. Este tipo de eventos puede provocar la aparición de nuevas cepas más perjudiciales para los seres humanos. Sin embargo, debemos tener presente que este virus se identificó por primera vez en el año 1996, así que de alguna manera “ha estado por allí” todos estos años. No sabemos y no hay manera de predecir el futuro de este virus. Lo que sí sabemos es que el día de hoy existen vacunas disponibles y herramientas para desarrollar nuevas vacunas, en caso de que este mute y pueda transmitirse efectivamente entre las personas.
Es necesario mantener una vigilancia epidemiológica en animales domésticos y aves silvestres para tratar de identificar oportunamente algunas mutaciones en el virus influenza aviar H5N1 y evitar la diseminación de la enfermedad cuando esta se presente en una granja avícola, esto a través de estrictas medidas de bioseguridad, evitando el contacto directo o manipulando aves enfermas o muertas.
Colaboración de Jesús Hernández y Mónica Reséndiz Sandoval, investigadores(as) del Laboratorio de Inmunología del CIAD.