Luciérnaga es el nombre de la novedosa creación del ingeniero mecánico agrícola Moisés Venegas Samperio, quien trabaja en un proyecto de luminarias públicas para zonas marginadas. Se trata de un foco ecológico que utiliza energías renovables y tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés) como material base, y que se implementará en los próximos meses en algunas comunidades del Ajusco, en el sur de la Ciudad de México.
El foco ecológico es una iniciativa de Aselus, una empresa fundada en 2010 por el propio Venegas Samperio en conjunto con sus cuatro hermanos, con la finalidad de desarrollar tecnología sustentable para la población más vulnerable del país y mejorar su calidad de vida, según afirmó el empresario.
Originario del estado de Hidalgo y egresado de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), Samperio explicó que este emprendimiento surgió debido a las condiciones del entorno en el que le tocó crecer, en el cual aún existen muchos problemas y rezagos, y en donde no hay luminarias.
Con la patente en trámite, el foco ecológico es un producto versátil porque se puede utilizar del mismo modo que un foco ordinario: instalarlo, encenderlo y apagarlo en el hogar, y también colocarlo como luminaria pública. Además, tiene forma de luciérnaga, de ahí su nombre.
El foco funciona como tragaluz debido a que su diseño es en forma de botella translúcida que permite el paso de la luz natural durante el día, mientras se llenan baterías recargables por medio de celdas fotovoltaicas para aprovechar la energía generada que enciende una lámpara de led durante la noche.