La alimentación y las enfermedades cerebrovasculares
La enfermedad vascular cerebral (EVC) es producida por alteraciones en el suministro del flujo sanguíneo que va hacia el cerebro o en el que se distribuye dentro del mismo. La EVC puede presentarse en forma hemorrágica o isquémica. La primera ocurre cuando un vaso sanguíneo de medio o alto calibre se rompe, causando sangrado dentro del cerebro como consecuencia, comúnmente, de un traumatismo o por hipertensión arterial no controlada. La segunda se caracteriza por la interrupción del flujo sanguíneo, ocasionando un infarto cerebral localizado o generalizado, y se puede detonar por malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física.
En 2019 se estimó que la incidencia de la EVC en México fue de cincuenta mil personas, de acuerdo con datos del Inegi y el IMSS, mientras que se calculó que en 2020 al menos treinta y siete mil personas fallecieron a causa de esta enfermedad. En Sonora, anualmente se registran en promedio ochocientas defunciones por EVC. Sin embargo, se prevé que estas cifras aumenten con los años debido al estilo de vida actual de los habitantes de esta entidad, que se caracteriza por patrones dietarios altos en grasas saturadas, grasas trans y azúcares, aunado a la poca actividad física, lo que produce que siete de cada diez adultos sonorenses tengan sobrepeso u obesidad.
Una dieta desequilibrada y el sedentarismo son causas importantes para que los niveles de colesterol (un tipo de grasa) en sangre aumenten y que los vasos sanguíneos disminuyan su diámetro interno debido a un proceso de inflamación generado por la acumulación de grasas. Estudios en salud pública han mostrado que existen factores que aumentan el riesgo de padecer la EVC, como diabetes, sobrepeso, inactividad física, alcoholismo, tabaquismo y altos niveles de colesterol en sangre, además del covid-19 (entre otras enfermedades). Es por ello que consumir alimentos como frutas y verduras es importante para disminuir el riesgo de desarrollar este tipo de padecimiento. Dichos alimentos contienen una gran variedad de compuestos bioactivos, de los cuales destacan los compuestos fenólicos, con gran actividad biológica en diversos organismos.
Diferentes investigaciones, incluyendo varias realizadas en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), han demostrado que los compuestos fenólicos presentes en alimentos de origen vegetal tienen la capacidad de participar en diversas actividades de interés biológico como parte fundamental del eje intestino-cerebro, incluyendo efectos antidiabéticos, antiobesogénicos y antioxidantes, que en conjunto reducen el riesgo de padecer enfermedades como la EVC. Por ello, el consumo de compuestos fenólicos presentes en frutas y verduras potencialmente coadyuva a mantener la integridad de los vasos sanguíneos y favorece que las células se encuentren en estado fisiológico óptimo y que los niveles de colesterol en sangre disminuyan, evitando la oxidación de lipoproteínas asociadas al colesterol y, con ello, reduciendo el estrés oxidativo de las células que conforman las venas y arterias.
Algunos nombres con los que pueden familiarizarse al momento de buscar compuestos fenólicos en sus alimentos son, principalmente, ácidos fenólico y flavonoide; estos los puede encontrar comúnmente en frutas y verduras, cereales, legumbres y frutos secos.
Referencias
Colaboración de Francisco Jonathan Pérez Delgado, estudiante del programa de Doctorado en Ciencias del CIAD; Marcelino Montiel Herrera, investigador de la Universidad de Sonora; J. Abraham Domínguez Ávila y Gustavo A. González, investigadores del Laboratorio de Antioxidantes y Alimentos Funcionales del CIAD.