Entre los componentes claves en el manejo de la diabetes se encuentran la inclusión de una alimentación saludable, la práctica de actividad física de manera regular y la terapia farmacológica (uso de medicamentos), precisó el Dr. Julián Esparza Romero, Doctor en Epidemiología por la Universidad de Arizona e investigador en Diabetes del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. (CIAD), en el marco del Día Mundial de la Diabetes a celebrarse el 14 de noviembre.
Estos tres componentes dijo, deben ser explicados al paciente diabético por parte de un grupo integral de expertos, bajo el concepto de que el paciente tiene un papel fundamental en su auto cuidado. Es importante mencionar que el integrar una alimentación saludable como parte de un tratamiento integral en las personas con diabetes es una tarea que requiere mucha atención. Existen distintas estrategias y técnicas para lograr que quienes tengan diabetes, conozcan los aspectos relacionados con la enfermedad y las habilidades que les permitan enfrentar los problemas asociados al auto cuidado del padecimiento.
Señaló que según la opinión de organizaciones de expertos en el tema, no existe un patrón de alimentación único para el paciente diabético debido a que distintas combinaciones de alimentos o grupos de alimentos han resultado benéficos en el manejo de la diabetes. La ventaja de tener una variedad de opciones de patrones de alimentación permite elaborar una combinación de alimentos acorde a las preferencias personales (tradición, cultura, religión, creencias en salud, objetivos, capacidad de compra) y metas de control en relación con la glucosa.
Eligiendo qué comer
La selección del patrón de alimentación debe ser individualizada, tomando en cuenta las necesidades del paciente para lograr el objetivo planteado. Por ejemplo, para aquellas personas con diabetes y problemas de obesidad se recomienda una reducción de la energía total consumida, manteniendo un patrón de alimentos saludable, con el objetivo de reducir el peso corporal. Se sabe que las personas con diabetes que logran perder peso de forma gradual (moderada) obtienen importantes beneficios en su salud, incluyendo disminución en los niveles de glucosa, presión arterial y/o lípidos, especialmente en aquellos pacientes diagnosticados recientemente con esta enfermedad, dijo el investigador de la Coordinación de Nutrición.
En el proceso de selección de un patrón de alimentación apropiado es necesario conocer los beneficios y recomendaciones del consumo de algunos nutrimentos en relación con el control metabólico del paciente diabético. Para el caso del porcentaje de energía consumida por carbohidratos, proteínas y grasas, no existe una recomendación generalizada para el paciente diabético. La cantidad y distribución recomendada de energía para un paciente con diabetes se hace basándose en una evaluación individual de la alimentación del paciente y la meta de control metabólico.
Los carbohidratos
En la selección de los carbohidratos, se toma en cuenta tanto el contenido, como la calidad de los mismos. Se ha comprobado que una estrategia clave para el logro de un control de la glucosa es mediante el monitoreo de la ingesta de carbohidratos, contabilizando la cantidad de carbohidratos consumidos o a través de una estimación basada en experiencia. Los grupos de alimentos reconocidos como fuentes saludables de carbohidratos son los vegetales, frutas, granos enteros, legumbres y productos lácteos (bajos en grasa), de preferencia aquellos que tienen una carga glicémica baja. No son recomendables los alimentos o grupos de alimentos con grasa, azucares y sodio añadidos.
En relación con el consumo de fibra, no existe una recomendación especial para el paciente diabético, manteniéndose la cantidad recomendada para la población en general que es el consumo de al menos 14 gr de fibra/1000 kilocalorías consumidas al día. Por otro lado, se recomienda limitar o evitar el consumo de bebidas azucaradas con el fin de reducir la ganancia en peso y disminuir el riesgo cardiovascular en el paciente diabético.
La grasa
Al igual que para los carbohidratos, no se ha establecido claramente la cantidad ideal de grasa recomendada para un paciente diabético, precisó, por lo que debe establecerse de manera individualizada. Es importante mencionar que en este caso, la calidad es más importante que la cantidad. Por ejemplo, una dieta tipo mediterránea, caracterizada por el consumo de frutas y vegetales frescos, granos enteros y leguminosas, aceite de oliva, pescado, pollo y lácteos bajos en grasa contribuye al control de la glucosa y la disminución de factores de riesgo cardiovasculares. Al igual que para una persona sin diabetes, se recomienda consumir alimentos con ácidos grasos de cadena larga (omega-3), contenidos en algunos pescados. Su consumo tiene un efecto benéfico en los niveles de lipoproteínas y en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
En relación con el consumo de grasas saturadas (menor de 10% de las calorías consumidas), colesterol (menor de 300 mg por día) y ácidos grasos trans (evitar en lo posible el consumo de este tipo de grasas), la recomendación es la misma que para aquellas personas sin diabetes. Por otro lado, no existe evidencia clara de beneficio alguno por consumir suplementos de vitaminas o minerales en personas con diabetes, si no existen deficiencias de las mismas, comentó.
Otros nutrimentos o suplementos
Con respecto a la suplementación con antioxidantes como vitamina E, C o carotenos no se recomienda su utilización debido a la falta de estudios que demuestren algún efecto benéfico en el manejo de la diabetes y la incertidumbre por su consumo a largo plazo. De igual manera, no existe suficiente evidencia para recomendar la suplementación con ácidos de cadena larga en personas con diabetes, en relación con la prevención y tratamiento de eventos cardiovasculares, puntualizó el Dr. Esparza Romero.
De igual forma, no existen evidencias suficientes para recomendar el uso rutinario de cromo, magnesio y vitamina D con la finalidad de mejorar el control de glucosa en el paciente diabético. En relación al consumo de sodio, no existe una recomendación propia para el paciente diabético, por lo que se hace la misma recomendación que para la población en general, es decir un consumo menor de 2300 mg/día.
La actividad física y diabetes
El componente de actividad física es parte importante dentro del programa integral de manejo de la diabetes. Es recomendable realizar al menos 150 minutos por semana de actividad física aeróbica moderada (ejemplo: caminar) mínimamente tres días por semana, sin dejar de hacer actividad física en dos días consecutivos. Los beneficios obtenidos por la práctica de actividad física se ven reflejados en un mejor control de la glucosa, reducción en los factores de riesgo cardiovasculares, reducción del peso y mejora del estado emocional.