El tipo de lactancia que se da a los niños durante sus primeros meses interviene directamente en el desarrollo y maduración del sistema inmune. Los niños amamantados presentan menor riesgo de enfermedades autoinmunes, que los alimentados con fórmulas, destacó la Dra. Ana María Calderón de la Barca. Los compuestos activos en la leche humana regulan la colonización del tracto gastrointestinal, impidiendo el desarrollo de bacterias patógenas y permitiendo el de bacterias favorables, de ahí la importancia de hacerlo, resaltó.
La investigadora titular de la Coordinación de Nutrición del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. (CIAD), enfatizó que la lactancia materna también promueve el desarrollo del tejido linfoide asociado que gobierna la diferenciación de las células T, que tienen actividades de defensa y tolerancia. Por esto, el amamantamiento puede reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes como la intolerancia a las proteínas del trigo o enfermedad celiaca, así como la diabetes tipo I.
La enfermedad celiaca explicó, es la intolerancia al gluten de trigo, que causa síntomas gastrointestinales graves, es un problema de autoinmunidad. Aunque la predisposición genética es requisito indispensable en el desarrollo de este tipo de enfermedades, hay otros factores muy importantes que desencadenan su aparición. Tales pueden ser, la forma de alimentación durante el primer año de vida y las infecciones gastrointestinales durante esta misma etapa, que pueden modular la respuesta inmune, orientándola hacia la tolerancia o a la intolerancia.
La diabetes tipo 1, se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes, es una enfermedad autoinmune y metabólica caracterizada por una destrucción selectiva de las células beta del páncreas, causando una deficiencia absoluta de insulina. Por tanto, hay problemas para regular el azúcar (glucosa) en la sangre.
Calderón de la Barca, citó que la Organización Mundial de la Salud, así como la norma mexicana NOM-043-SSA2-2005 indican la lactancia materna o amamantamiento en forma exclusiva, durante los primeros cuatro a seis meses del niño. Esta misma es la recomendación para reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes. Además recomendó, hay que iniciar la introducción gradual de los alimentos, incluidos los de trigo, desde muy pequeñas cantidades, mientras se continúa amamantando, entre los cuatro y seis meses de vida.