La pandemia de la diabetes en México
La diabetes tipo 2 (DT2) es un problema de salud en México y a nivel mundial. Esta es considerada una enfermedad compleja que se caracteriza por defecto en la secreción de insulina por parte del páncreas y por resistencia a la insulina, contribuyendo a concentraciones elevadas de glucosa en sangre. La glucosa elevada crónica puede llegar a desencadenar complicaciones como enfermedad renal, retinopatía, neuropatía, pie diabético y amputaciones. Además, está sumamente relacionada con el riesgo de aterosclerosis, desencadenando posibles eventos cardiovasculares y cerebrovasculares.
La Federación Internacional de Diabetes estimó para el 2019 una prevalencia de diabetes a nivel mundial de 9.3%. Esta prevalencia corresponde a 463 millones de adultos con diabetes y se calcula que aumente a 700 millones para el año 2045, con una prevalencia de 10.9% (11.1% en hombres y 10.8% en mujeres). La prevalencia es considerada mayor en la población urbana (10.9%) que en la rural (7.2%) y se sabe que, a nivel mundial, una de cada dos personas con diabetes no sabe que tiene la enfermedad. La mortalidad reportada a nivel mundial para el año 2019 fue de 4.2 millones de personas y el gasto estimado de 760.3 mil millones de dólares, mismo que aumentará a 845 mil millones de dólares para el año 2045.
De igual manera, la prevalencia de diabetes en México ha ido en aumento. En 1993 se reportó una prevalencia de 6.7%, la cual se incrementó a más del doble para el año 2006, cuando se estimó que 7.3 millones de personas vivían con la enfermedad, lo que representó 14.4% de la población (7.3% con diagnóstico previo y 7.1% recién diagnosticada), con una proporción mayor en hombres (15.8%) que en mujeres (13.2%). La Federación Internacional de Diabetes reportó que, en 2019, en México existían 12.8 millones de personas con diabetes y que, para el año 2045, la cantidad de personas con diabetes aumentará a 22.9 millones, ocupando en ambos años el sexto lugar en número de personas con diabetes a nivel mundial, después de China, India, Estados Unidos, Pakistán y Brasil.
En las subsecuentes ediciones de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), 2012 y 2018, solo se reportaron casos con diagnóstico previos de diabetes, siendo estas prevalencias de 9.2% y 10.3% (9.1% en hombres y 11.4% en mujeres), respectivamente. Si la relación de casos de diabetes de diagnóstico previo y de nuevo diagnóstico continúa siendo 1 a 1, como se observó a nivel mundial y en México en 2006, se pudiera considerar una prevalencia total de diabetes a nivel nacional de 18.4% para 2012 y de 20.6% para 2018 (18.2% en hombres y 22.8% en mujeres). Bajo este mismo supuesto, dado que la prevalencia de diabetes previa para Sonora determinada en la Ensanut 2018 fue de 11.2%, se esperaría que la prevalencia actual de diabetes total fuera de 22.4% en Sonora. La problemática de diabetes no es ajena a los grupos indígenas de Sonora: investigaciones de nuestro grupo de trabajo en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) han reportado prevalencias altas en estas poblaciones.
Por otro lado, entre las personas con la enfermedad (personas con diabetes previa), según la Ensanut 2012, solamente 85.5% mencionó haber recibido tratamiento médico, 72.4% recibió hipoglucemiantes y 13% terapia con insulina. Se encontró, además, que existe un inadecuado manejo médico para el tratamiento de la enfermedad y una falta de adherencia a un estilo de vida saludable. De resaltar fue que solamente 26.8% de las personas con diabetes mencionó que estaba llevando un plan de alimentación adecuado y solo 10.3% manifestó que realizaba actividad física como parte del manejo de su enfermedad. Estos dos últimos componentes son esenciales para el buen manejo de la diabetes.
Lo anterior explica por qué en nuestro país la mortalidad por diabetes ha aumentado de manera considerable desde 2009. En la actualidad la diabetes ocupa el segundo lugar como causa de muerte, tanto en hombres como en mujeres; en 2019 representó 104,352 muertes. Las muertes pudieran ser altas también en comunidades rurales e indígenas debido a las desventajas que tienen en servicios de salud y a modificaciones que han sufrido en su estilo de vida.
En México, en la población mayor de 20 años, la diabetes aumenta conforme aumenta la edad, el nivel socioeconómico y el índice de masa corporal. Se sabe que el sobrepeso y la obesidad aumentan la probabilidad de padecer DT2; de hecho, esta es considerada como la principal causa de diabetes. Tanto la diabetes como la obesidad han sido consideradas como pandemias. En México, el sobrepeso/obesidad han aumentado de manera importante, pasando de 71.3% en 2012 a 75.2% en 2018, debido principalmente a dietas poco saludables (caracterizadas por ser altas en densidad energética) y a la falta de actividad física. Según la Ensanut del 2018, solo 50% de la población reportó consumir alimentos saludables como las frutas y verduras y un porcentaje muy alto (por arriba de 83%) reportó consumir bebidas no lácteas endulzadas (entre las cuales se incluyen la bebidas carbonatadas o lo que comúnmente conocemos como refrescos o sodas), así como porcentajes altos para el consumo de botanas dulces y postres y cereales dulces. En relación con la actividad física, de igual manera existe una considerable proporción de personas que no cumplen las recomendaciones de realizar al menos ciento cincuenta minutos por semana de actividad física moderada, como el caminar a paso largo. Los estados del Norte, donde se incluye a Sonora, presentan una prevalencia de sobrepeso/obesidad de 77.3%, porcentaje mayor que los estados del centro, la Ciudad de México y estados del Sur. La diferencia es todavía mayor cuando se compara solamente la obesidad. De hecho, en el caso de los adolescentes, la obesidad en Sonora ocupa el cuarto lugar (22.2%) a nivel nacional, después de Colima, Veracruz y Quintana Roo.
Todo lo anterior nos da una idea de la gran problemática que tenemos en nuestro país y en Sonora, lo que representa un reto para los tomadores de decisiones, para los diversos grupos involucrados y para la sociedad misma. Es importante señalar que existe información importante y comprobada de programas de prevención de diabetes, así como del manejo de la diabetes en la literatura, que deben considerarse por las autoridades correspondientes de manera urgente e implementarlos con el personal más capacitado y comprometido, que tenga claro los protocolos de estos programas, supervise que se lleven a cabo y, muy importante, evalúe la mejora en las personas en riesgo o con la enfermedad.
Colaboración del Dr. Julián Esparza Romero, investigador de la Coordinación de Nutrición del CIAD.