Para algunas personas regresar a la cotidianeidad después de que termina un periodo vacacional puede llegar a convertirse en un obstáculo sumamente difícil de superar; incluso, se torna en un fenómeno que afecta la salud emocional y física de un individuo.
Víctor Quintana López, psicólogo y estudiante del Doctorado en Ciencias del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) nos ayuda a entender mejor este tema.
El síndrome posvacacional, también conocido como estrés o depresión posvacacional, hace referencia a la ansiedad que una persona, particularmente aquella que trabaja, puede llegar a experimentar al reincorporarse a sus actividades cotidianas después de disfrutar de un período de asueto.
De acuerdo a Quintana López, este fenómeno se identifica por síntomas como el cansancio excesivo, trastornos del sueño, apatía, tristeza, malestar en general o falta de concentración. No se considera una enfermedad, ya que los síntomas generalmente desaparecen después de diez días. Sin embargo, en algunos casos (la menor parte), los síntomas permanecen más tiempo, por lo que se recomienda acudir con un profesional que ofrezca ayuda para combatir la depresión, ansiedad y estrés.
Las cifras en México
Con base en algunas estimaciones, hay diferentes estudios que calculan que el 40% de profesionistas en México llega a desarrollar dicho síndrome. A diferencia de algunos países de Europa, donde se presenta en personas de 45 a 55 años de edad, en nuestra población se puede observar a partir de los 30 años.
La diferencia puede deberse a que en nuestro país, frecuentemente, vemos el empleo como un sacrificio y no como una oportunidad para desarrollarnos profesionalmente y que nos permite también cubrir nuestras necesidades básicas, explicó Quintana López.
Cómo superar este episodio
Existen algunas medidas que se pueden tomar para disminuir la posibilidad de desarrollar este padecimiento; por ejemplo, se recomienda que en caso de salir a otra ciudad durante las vacaciones, el regreso al hogar sea, al menos, dos días antes de reincorporarse al trabajo.
Asimismo, se aconseja que días antes de regresar al trabajo se comience a dormir un poco más temprano y no despertar tan tarde, a diferencia de cómo se acostumbraba en el período vacacional.
Los primeros días en los que se ha reincorporado laboralmente, lo mejor es programar el despertador cinco minutos antes de cómo se ajustaba antes de salir de vacaciones.
No es apropiado intentar resolver todos los pendientes durante los primeros días que se ha retomado la dinámica laboral, ya que eso puede ocasionar mucho estrés. Por el contrario, lo óptimo es iniciar con aquellos asuntos que son más urgentes y que requieren un menor esfuerzo físico y emocional; posteriormente, se debe continuar atendiendo aquellos que requieren una mayor dedicación.
En caso de practicar alguna actividad deportiva, retomarla al regresar al trabajo ayudará a experimentar un bienestar físico y emocional.
No obstante, si después de poner en práctica estas recomendaciones, una persona no puede superar este episodio depresivo, lo más recomendable es buscar la ayuda de un profesional, concluyó Quintana López.