La transformación de los residuos orgánicos generados en la cocina, en abono para las plantas, a través de organismos vivos como las lombrices, es el proyecto en el que trabaja la Dra. Jaqueline García Hernández.
La investigadora del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), explicó que al trabajo que realizan lo han llamado “Lombricultura Familiar” porque se trata de hacer un buen uso de los residuos de verduras, frutas, tortillas y todos los productos alimenticios que sobran en una cocina y que puedan degradarse.
“Para los interesados tenemos unos trípticos con información de cómo hacerlo en la casa, cómo separar la basura orgánica de la inorgánica y les proporcionamos lombrices para que las depositen en una caja con la residuos orgánicos y se realice el proceso de composta” dijo la investigadora de la Coordinación Regional de Guaymas.
Para dar difusión a este proyecto, explicó la Dra. García Hernández, se ha trabajado con escuelas y con los empleados del CIAD y “cada mes recogemos humus y se reparte entre todos los que proporcionan la basura orgánica al lombriciario y pueden usarlo como fertilizante orgánico en sus hogares”.
Abundó en que el humus es un compuesto que se origina de la descomposición de materiales orgánicos de origen vegetal y animal, con los cuales los microorganismos correspondientes, bacterias y hongos, se encargan de procesar, para liberar al suelo este tipo de compuesto, que le aporta al mismo, los nutrientes necesarios para que los cultivos y plantas que se encuentran en él obtengan suelos fértiles y con buenas características para su desarrollo.
Cabe mencionar que durante su proceso digestivo, la lombriz produce un agregado de bacterias dentro del humus o abono, que facilita a las plantas asimilar los nutrientes que contienen. El humus es el producto final de la compostización; es la vida del suelo y debe estar presente para que éste sea fértil. La presencia del 1 ó 2% de humus en el suelo, es suficiente para diferenciar un suelo fértil de otro que no lo es.
“Durante el proceso de composta y producción de humus, los microorganismos patógenos son consumidos por las lombrices por lo que también es una forma de transformar un material nocivo en un producto de alta calidad y es una cultura que estamos empezando a implementar en CIAD” comentó la investigadora.