Aunque algunas personas usan indistintamente las palabras mantequilla y margarina como si se trataran de sinónimos, realmente no son lo mismo, sobre todo por lo que su consumo representa para la salud. Aarón González Córdova y Belinda Vallejo, académicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) nos dan más luz sobre esto.
El origen
Los investigadores de la Coordinación de Tecnología de Alimentos de Origen Animal del CIAD explicaron que la mantequilla es un producto derivado de la leche que se obtiene mediante el batido y amasado de la grase de la leche y agua (emulsión sólida de grasa en agua). De tal manera, su composición es mayoritariamente grasa (80-90%), agua (máximo 20%) y otros constituyentes, de origen lácteo, en concentración minoritaria. Es importante comentar que al ser grasa láctea el componente mayoritario de la mantequilla, esta conserva sus vitaminas (liposolubles) A, D y E. En el supermerdado la podemos encontrar como mantequilla con sal o sin ella.
La margarina es un nombre utilizado para denominar genéricamente a un alimento sustituto de la mantequilla; sin embargo, esta es elaborada con grasas diferentes (aceites vegetales) a la láctea y, en algunos casos, con pequeñas concentraciones de otras grasas de origen animal. Para lograr que la margarina tenga una consistencia similar a mantequilla, los aceites vegetales deben someterse a diferentes procesos químicos, entre ellos la hidrogenación, la interesterificación o el fraccionamiento.
El sabor de ambos productos puede distinguirse, ya que la mantequilla se caracteriza por el sabor que le aporta el ácido butírico presente en la grasa de la leche, mientras que la margarina se caracteriza por notas de sabor asociadas al aceite vegetal mayoritario presente. Otra diferencia notable es la consistencia, ya que la mantequilla es más dura que la margarina y esto la hace más difícil de untar, aunque ambas se derritan cuando son sometidas a altas temperaturas.
El debate
Al ser un producto lácteo, la mantequilla es rica en grasas saturadas, las cuales, aunque gozaron de mala reputación durante décadas, se ha comprobado que no tienen relación con enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, existe evidencia de que las grasas trans asociadas a la hidrogenación de los aceites vegetales, con las que está elaborada la margarina, son causa de incremento del colesterol sanguíneo y, por consecuencia, del aumento en el riesgo de problemas con el corazón.
La recomendación
Los investigadores expertos en Química y Biotecnología de Productos Lácteos indicaron que, aunque la margarina suele ser mucho más barata que la mantequilla, debido al precio de las materias primas con las que se elabora, es más recomendable consumir mantequilla, como parte de una dieta equilibrada.
Es importante subrayar que ambos productos tienen un alto contenido energético, pues un gramo de mantequilla tiene aproximadamente 9 calorías, mientras que la misma cantidad de margarina tiene 7 calorías.
Ahora usted ya sabe que, aunque en apariencia parecen iguales, no son lo mismo. Se trata de alimentos diferentes en su composición. Por su contenido de grasa es conveniente moderar su consumo, sobre todo si se se encuentra en un régimen de control de peso.