Científicos mexicanos analizan la viabilidad de utilizar nanopartículas de plata para tratar enfermedades que afectan a animales marinos de interés comercial y que son reproducidos mediante técnicas de acuacultura, tales como camarón, abulón, y ostión, además de diferentes especies de peces.
El éxito obtenido en investigaciones que han probado la efectividad de las nanopartículas de plata en los campos de la medicina humana, la veterinaria y la agricultura, incentivó el interés de científicos que buscan generar tratamientos contra bacterias y virus que atacan organismos acuáticos.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora María Cristina Chávez Sánchez, especialista del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), unidad Mazatlán, y responsable del proyecto, comentó que las enfermedades representan uno de los factores de mayor impacto negativo en el desarrollo de la acuacultura.
“No hay –contra muchas enfermedades virales, bacterianas y parasitarias– realmente métodos preventivos o curativos que sean efectivos, y muchos de ellos están prohibidos; son pocos los fármacos aceptados para su uso”, refirió.
La investigadora nacional nivel I, mencionó que el proyecto es financiado con recursos del Fondo Sectorial de Investigación para la Educación SEP-Conacyt y que, junto con el CIAD, colaboran especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).
Además, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Texas participan con la aportación de las nanopartículas de plata que han permitido el desarrollo de experimentos a lo largo del primer año del proyecto.
Garantizar la inocuidad, el primer paso
Dado que no existen antecedentes que indiquen el efecto que las nanopartículas de plata tendrán en organismos marinos, los investigadores se enfocan –en una primera etapa– en analizar sus repercusiones en la inocuidad de los animales, principalmente tomando en cuenta que se convertirán en alimento para humanos.
“Una vez que determinemos que las nanopartículas de plata no les hacen daño o que este es mínimo (porque con cualquier fármaco que se introduzca al cuerpo de alguna manera estamos introduciendo algo que no le pertenece y siempre hay reacciones, que pueden ser desde ligeras hasta mortales), empezaremos a tratar los diferentes microorganismos que queremos contraatacar”, explicó la doctora Chávez Sánchez.
Indicó que si se logra comprobar que las nanopartículas de plata no hacen daño a los organismos marinos y que son efectivas para atacar a los patógenos, el siguiente paso será investigar qué pasa con las nanopartículas.
Un tratamiento para abulón
El doctor Jorge Cáceres Martínez, investigador del Departamento de Acuicultura del CICESE, investigador nacional nivel II, analiza el efecto de las nanopartículas de plata para combatir el síndrome de deshidratación del abulón, una enfermedad crónica que produce mortalidades de efecto significativo en la pesquería y el cultivo.
“La tenemos en México y la hemos venido estudiando desde hace más de quince años. Hemos encontrado cómo se distribuye, cómo afecta a los abulones. Hemos explorado tratamientos con antibióticos convencionales, por ejemplo, la oxitetraciclina”, puntualizó.
Ante la ausencia de tratamientos alternativos efectivos, el doctor Cáceres Martínez realiza experimentos inyectando las nanopartículas de plata intramuscularmente en abulones –cuyo sistema de circulación las distribuye por todo el cuerpo– para ver su efecto en los tejidos, la posible bioacumulación de las nanopartículas y su efecto sobre el agente causal del síndrome de deshidratación.
“El empleo de nanopartículas de plata directamente en agua de mar es limitado, ya que se pierde su estabilidad rápidamente, mientras que el posible uso de baños de animales enfermos no parece ser práctico; en ese sentido, su aplicación por inyección podría tener un mayor potencial, siempre y cuando se demuestre que no hay toxicidad para el hospedero ni riesgos de bioacumulación”, señaló.
Apuntó que la hipótesis sobre la toxicidad de las nanopartículas de plata se está probando en dos vías: primero, los efectos al utilizarlas directamente sobre el patógeno y, segundo, al administrarlas sobre el hospedero con el patógeno; en este caso el hospedero es el abulón.
“Lo que hemos encontrado hasta el momento es que definitivamente no es un tratamiento que vaya al patógeno blanco, sino que es una especie de quimioterapia donde, si la célula del hospedero resiste, entonces la célula del patógeno se verá afectada”, detalló el investigador.
De comprobar que el abulón tiene capacidad para resistir el tratamiento y que no hay riesgo de bioacumulación, se considerará como un mecanismo de control que podrá ser aplicado en reproductores o en lotes de cultivo de animales en tierra, donde se puede mantener un ambiente controlado.
Síndrome de la mancha blanca
El panorama al que los investigadores se enfrentan con el camarón no es muy distinto al del abulón: la primera fase se centra en determinar si las nanopartículas de plata afectan negativamente al organismo y en qué dosis se pueden administrar para tratar el síndrome de la mancha blanca, cuyo virus es causante de mortalidades en la producción de camarón.
La doctora María Cristina Chávez Sánchez indicó que los trabajos comenzaron con la detección de las dosis mortales, las cuales se fueron disminuyendo hasta encontrar dosis que pudieran ser terapéuticas o preventivas.
“Estamos inyectando a los camarones, primero intramuscularmente y en el seno venoso. La siguiente fase es probar las nanopartículas en alimento; siempre bajando las dosis, hasta determinar la que no haga daño al camarón, para, a continuación, ver si esa dosis que no le hace daño es efectiva contra el virus de la mancha blanca”, subrayó.
Resaltó que ya se llevaron a cabo varios bioensayos, algunos de ellos con alimento, y actualmente trabajan en el análisis histológico de los camarones para detectar los efectos de las nanopartículas de plata en sus órganos y tejidos.
La investigadora del CIAD recalcó la importancia de generar nuevos tratamientos para enfermedades de organismos marinos, pues una vez que son invadidos por virus o parásitos, solamente se toman medidas de seguridad, que poco pueden hacer para combatir al patógeno. Sin embargo, reiteró que la investigación se desarrollará priorizando siempre que el o los tratamientos que se diseñen no pongan en riesgo la inocuidad de los organismos ni provoquen efectos negativos al medio ambiente.
Colaboración de Karla Navarro, reportera de la Agencia Informativa Conacyt.