El plástico es muy utilizado en nuestra vida diaria, ya que es resistente a la corrosión por diversas sustancias, es un aislante térmico, no conduce la electricidad y, además, es posible moldearlo en diversas formas. Observa a tu alrededor y te darás cuenta de la gran cantidad de objetos fabricados de este material.
¿Podrías imaginarte qué pasa con todas aquellas botellas de agua que tiramos a la basura?, ¿dónde terminan las bolsas de plástico del supermercado o los platos desechables?
Los plásticos son difíciles de degradar en el medio ambiente; por lo tanto, es un problema de contaminación mundial. Se estima que 280 millones de toneladas de plástico son desechadas cada año, de las cuales entre 4.8 y 12.7 millones llegan al océano. Toda esta cantidad de plásticos se mantiene flotando en la superficie del agua, formando grandes islas, lo que favorece la acumulación de microalgas que, a su vez, sirven de alimento a diversos organismos marinos. Sin embargo, los organismos que llegan a estas islas de plástico pueden verse severamente afectados al quedar atrapados o al ingerir plástico.
Las corrientes marinas, así como la temperatura y otros factores, provocan la desintegración del plástico que se encuentra en la superficie del mar, originando la formación de partículas diminutas a las que se les denomina microplásticos, cuyo diámetro varía entre 1 μm y 5 mm.
Existen diversos estudios acerca de la presencia de los microplásticos en aguas superficiales del océano, pero lo que casi no se sabe es lo que sucede en aguas profundas. Recientemente, un grupo de investigadores en el Reino Unido demostró que a dos mil metros de profundidad hay cerca de 71 partículas de microplásticos por cada metro cúbico de agua marina, siendo el poliéster el polímero dominante.
Además, los investigadores observaron que algunos organismos pueden ingerir diversos tipos de microplásticos, aunque la ingesta varía entre las especies y entre individuos. Esto significa que los microplásticos no solo están presentes en el agua, sino que también forman parte de la alimentación de diversas especies marinas, lo que provoca un flujo de estos contaminantes a lo largo de la cadena trófica.
A pesar de ser un ecosistema remoto, las profundidades del océano se encuentran vulnerables ante la contaminación antropogénica, siendo los microplásticos un problema más para las especies de este ecosistema. Por lo tanto, deberíamos de preocuparnos más en reutilizar o disminuir el consumo de plásticos, pues estos podrían formar parte de tu comida en pequeñas cantidades.
Esta es una colaboración de Laura Leticia Bonilla Aguirre, estudiante de maestría en el posgrado en Ciencias del Ciad, en la Coordinación Regional Mazatlán.
Este artículo fue supervisado por la Dra. Beatriz Yáñez Rivera y el Dr. Francisco Neptalí Morales Serna, profesores del Ciad Mazatlán
Artículo de referencia:
W. Courtene-Jones, B. Quinn, S. F. Gary, A. Mogg y B. E. Narayanaswamya (2017). Microplastic pollution identified in deep-sea water and ingested by benthic invertebrates in the Rockall Trough, North Atlantic Ocean. Environmental Pollution, 231: 271-280.