María de Jesús Ordóñez Díaz presentó su obra Atlas biocultural de México: Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Veracruz y Península de Yucatán en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), como parte del 37° Aniversario de la institución.
El libro es una recopilación de información científica que reivindica la importancia de los huertos familiares para los pueblos mesoamericanos, principalmente de México.
Durante el evento explicó que dichos agroecosistemas tienen un registro de más de once mil años de antigüedad en la zona mesoamericana, y son reflejo de la organización, patrones y normas sociales y culturales de la familia.
Agregó que desarrollar un huerto familiar es una iniciativa que combina la sustentabilidad ecológica con un beneficio socioeconómico, práctica que tiene un gran valor ante la inminente crisis ambiental que sufre el planeta.
María del Carmen Hernández Moreno, investigadora del CIAD y moderadora del evento, comentó que la adopción de huertos familiares es una actividad que ha resurgido como una tendencia para favorecer a las comunidades rurales, por lo que es importante el entendimiento sobre su funcionamiento desde un enfoque multidisciplinario para replicar este estudio en el resto del país.
Por su parte, Carlos Castillo Sánchez, ex director regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, quien fungió como comentarista de la obra, agregó que el libro refleja el trabajo de muchos años y representa una contribución muy amplia para reconocer que las personas que realmente hacen la bioconservación de los ecosistemas y de la biodiversidad son aquellas que habitan en contacto con los recursos naturales.
La Coordinadora del CIAD Guaymas y experta en ciencias ambientales, Jaqueline García Hernández, indicó que, debido a que muchas comunidades en áreas rurales tienen dificultad para acceder a los centros de salud cercanos, el uso de plantas medicinales que se producen en los huertos familiares adquiere un valor esencial para la subsistencia, por lo que se debe promover el respeto por estos conocimientos, sin invadir ni desplazar sus costumbres.
Por último, Beatriz Camarena Gómez, investigadora de la Coordinación de Desarrollo Regional del CIAD, quien también participó en la presentación del libro, subrayó que este material aporta la recopilación de una gran cantidad de información que está disponible para la conservación de prácticas agrícolas en el territorio nacional que anteriormente han sido invisibilizadas y manifestó el interés de su grupo de trabajo para futuras colaboraciones en estudios sobre biodiversidad ambiental.